Sinopsis oficial
Un sofocante día de agosto de 1945, los habitantes de un pueblo se preparan para la boda del hijo del funcionario del ayuntamiento. Mientras, dos judíos ortodoxos llegan a la estación de tren del pueblo con unas misteriosas cajas. El funcionario del ayuntamiento teme que sean herederos de los judíos que echaron del pueblo y espera que reclamen las propiedades que les fueron arrebatadas injustamente, propiedades que habían perdido durante la Segunda Guerra Mundial.
La crítica -
Por J.M.S.
Cine inteligente es lo que propone este drama histórico, que ofrece una mirada original del Holocausto. Traslada a imágenes el relato corto, Regreso a casa, del escritor judío Gábor T. Szánto, publicado en el 2004.
Pone su punto de mira en el papel jugado por los ciudadanos de a pie ante la barbarie, de tal forma que enlaza con otro filme memorable, La conspiración del silencio (2014), del director Giulio Ricarelli, que recuperaba la investigación que desembocó en los llamados Juicios de Auschwitz.
En un minúsculo pueblo de Hungria descienden de un tren dos judíos ortodoxos con unas cajas sospechosas. Esta visita inoportuna suscitará todo tipo de suspicacias entre los lugareños, que creen vienen a reclamar lo que arrebataron a sus vecinos deportados. De hecho, hay un variado mosaico de reacciones: los hay que se sienten avergonzados por lo ocurrido, otros están arrepentidos de su actitud frente a los que no se arrepienten por lo que les sucedió.
El director del film, Ferenc Török, incide en la misma idea que el Premio Nobel de literatura, Imre Kertész (que cuenta entre sus novelas con la estremecedora y recomendable “Sin destino”) que denunció en sus obras la indiferencia con la que reaccionó la mayoría de la sociedad civil ante los supervivientes del Holocausto.
El largometraje ofrece estampas que nos recuerdan los museos de los campos de exterminio, desde el momento que hay imágenes de habitaciones llenas de objetos expoliados a los perseguidos, donde queda claro que, además de xenofobía, lo que movió a muchos a denunciar a sus vecinos (algo extrapolable a otros países) fue la envidia y la codicia.
La película está rodada en blanco y negro lo que, según su director, ayuda a situarse mejor en esa época