Sinopsis oficial
Mientras la ciudad de Londres empieza a recuperarse tras la Segunda Guerra Mundial, la joven escritora Juliet Ashton busca el argumento para su próximo libro. Un día recibe una carta de un desconocido en la que le presenta a un curioso club de lectura: La Sociedad Literaria y del Pastel de Piel de Patata de Guernsey. Intrigada por estos excéntricos personajes, Juliet decide viajar a esta pequeña isla, sin saber que encontrará mucho más que una gran historia.
La crítica -
Por J.M.S.
La amistad, el amor en mayúsculas, el sacrificio, el valor, hacen acto de aparición en este bello largometraje de época que, intuimos, encandila especialmente si el espectador que lo contempla pertenece al sexo femenino. En el fondo además del amor a la lectura (como ocurría con La Librería, de Isabel Coixet) nos habla de la búsqueda de algunas personas de su lugar en el mundo, donde se sienten arropadas, queridas.
Se trata de la traslación al cine de la novela homónima de la escritora americana Mary Ann Shaffer y su sobrina Annie Barrows, plagada de buenas vibraciones y que ha dirigido un cineasta británico con “pedigrí”, Mike Newell, al que muchos españoles siguen recordando por su comedia Cuatro bodas y un funeral.
Muy británica en su puesta en escena, es decir, cuidada hasta el mínimo detalle en su diseño de producción, los personajes que componen el club de lectura de Guernsey se “meten en el bolsillo” a la escritora protagonista de esta historia pero también a los espectadores, que pueden encontrarlos irresistibles cada uno con sus peculiaridades.
Newell no se fue muy lejos para encontrar el reparto perfecto, porque muchos de los intérpretes, casi todos británicos, han tenido un papel en la famosa serie televisiva Downton Abbey, es el caso de Lily James, Jessica Brown-Findlay, Mathew Goode y Penélope Wilton salvo el holandés Michiel Huisman (conocido por Juego de Tronos). Con ellos ha logrado un drama romántico elegante, a contracorriente de lo que se contemplan en el cine actual, con unos diálogos preciosos donde no se ha dado puntada sin hilo, y tremendamente conciliador.
Una película de la que se sale con una sonrisa en la boca.