Tomaba recientemente posesión del cargo el pasado 12 de abril en la que es, probablemente, una de las instituciones con más historia de España. La Cámara de Comptos, instituida en 1365, ha sido para Ignacio Cabeza su casa. Nacido en Zaragoza hace 65 años, para este veterano auditor trabajar en esta institución no es algo nuevo. Ha ejercido en el órgano fiscalizador navarro más de 30 años, entre 1987 y 2018. Así que lo conoce perfectamente. Tanto como para afirmar sin rodeos que " la Cámara de Comptos ha sido y es un órgano independiente". Su dilatada trayectoria le lleva a considerar que "en Navarra tenemos una cultura de respeto al gasto público, de transparencia y de cumplimiento de la legalidad", si bien recuerda que Comptos "no entra a valorar decisiones políticas, sino a a conocer si están bien construidas o no". "Verificamos procesos desde un punto de vista económico y financiero, no judicial", recuerda. 

Desde la atalaya que le dan esos más de treinta años de experiencia en la institución, considera que ha habido una evolución muy clara de la gestión pública en los últimos años en Navarra, y advierte de algunos retos que quedan por delante, como la digitalización de los ayuntamientos navarros: "no hay vuelta atrás", afirma. También considera que "hay capas de la población que necesitan más recursos", aunque la gestión de las cuentas públicas le lleva a advertir que "tenemos un tope de endeudamiento". En este sentido, ha puesto el foco en la gestión de las instituciones públicas durante la pandemia: "Vamos a seguir revisando todos los expedientes. Como administración es importante aprender a gestionar ante futuras crisis". En línea con la supervisión del gasto público y del endeudamiento, Cabeza adelanta lo que está por venir: La pandemia obligó a suspender las reglas fiscales, pero en 2023 habrá que reconducir el nivel de deuda de las administraciones".

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El nuevo presidente de Comptos es el sexto presidente de la institución tras Mariano Zufía, Patxi Tuñón, Luis Muñóz Garde, Helio Robleda y Asun Olaechea, su predecesora en el cargo durante seis años. Ante su nuevo mandato se ha planteado un nuevo desafío. Más allá de controlar la gestión de las cuentas de la administración pública "queremos abrir la cámara a la participación ciudadana".