La industria cultural vuelve a respirar

EFE
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Cines, teatros, museos y espacios musicales confían en poder retomar la normalidad y recuperar los datos prepandémicos con la retirada de las mascarillas en los interiores la próxima semana

Hace un año, el Palau Sant Jordi de Barcelona acogió el primer concierto masivo de la pandemia con Love of Lesbian. - Foto: A.García (EFE)

Volver a la normalidad. Cuatro palabras que han marcado las esperanzas de los últimos dos años del mundo de la cultura, que tuvo que adaptarse a las restricciones para evitar que el desastre de la pandemia fuera a más. En unos días, la normalidad, o casi, comenzará por quitarse las mascarillas en los interiores, a partir del próximo 20 de abril. La medida busca «que se pueda volver a lugares que costó tanto abandonar», señala el ministro de Cultura, Miquel Iceta, convencido de que será posible hacer todo «lo que hacíamos».

Para el sector del cine, «cuanto más nos acerquemos a la normalidad mejor», aunque aún quedan regiones donde hay que mantener la distancia entre butacas. Es Luis Gil, director general de la Federación de Empresarios de Cine de España (FECE), quien hace estas consideraciones, si bien recalca que es «muy positivo» dejar atrás el cubrebocas. «El cine, por sus propias características, es un espacio seguro porque la propia actividad es segura. Tú no hablas, no interactúas, no emites aerosoles y en este tiempo peligroso no ha habido ni un contagio en salas de cine», recuerda.

Los geles hidroalcohólicos se mantendrán, de momento, «por el compromiso de que el espectador se sienta seguro, y se intentará que en los accesos y salidas de las salas la gente sea prudente y se eviten aglomeraciones», agrega Gil.

En cuanto a los espacios de música, Armando Ruah, coordinador de la Asociación Estatal de Salas de Conciertos (Access) apunta: «Estamos hablando de espacios cerrados que aún no sabemos qué ley les va a afectar, y luego están las normas de las comunidades. Lo que es evidente -afirma- es que se respetará al máximo a aquellos que quieran seguir usándola». También los teatros esperan a leer la letra pequeña del real decreto para tomar una decisión sobre el uso que los espectadores deben hacer con las mascarillas.

Los museos, que todavía no han recuperado los niveles de público previos a la pandemia, han demostrado a lo largo de estos dos años ser un espacio seguro para el ocio, según ya reiteraron pinacotecas como el Museo del Prado, que «confiará en la responsabilidad individual».

Pero retomar la normalidad no será rápido, ni fácil. «La pandemia ha demonizado el ocio en espacios cerrados por temor, pero hay que trabajar para volver», apostilla Gil.