Una potencia en ciernes

M.H. (SPC)
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El pistacho ha ido sumando hectáreas en los últimos años, con un fuerte acelerón desde 2015, y ahora esa superficie va a empezar a dar su fruto y colocará a España como uno de los mayores productores mundiales

Una potencia en ciernes

Las producciones agrícolas apenas han variado en extensión en  2022. Cereal, viñedo y olivar, los tres cultivos más importantes a escala nacional en lo que se refiere a número de hectáreas ocupadas, se han mantenido estables. De hecho, esa estabilidad ha sido la tónica general, pero en el caso del pistacho esconde algo más, dado que en las campañas anteriores, desde 2015 concretamente, se había ido incrementando exponencialmente la superficie plantada con este árbol.

Los próximos cinco años serán decisivos para el sector pistachero español con la entrada en producción de la inmensa mayoría de la superficie, tal y como recoge el estudio elaborado por panel de expertos de PistachoPro (el único boletín informativo especializado en este cultivo) sobre la base de los datos del Ministerio de Agricultura.  El último análisis del departamento que dirige Luis Planas -con datos de la PAC y el registro de explotaciones Regepa- anota en concreto 59.618 hectáreas en España hasta 2021, el 73% de las cuales son de secano y el resto de regadío. La reciente encuesta Esyrce del Ministerio, del 2 de febrero, sí incluye el año pasado y eleva la cifra hasta 66.467 hectáreas (aunque habitualmente esta estadística se queda corta respecto al dato más representativo de PAC y Regepa).

El punto de inflexión se produce en 2015, cuando se acelera el ritmo de las plantaciones con más de 4.000 hectáreas nuevas cada año (hasta 10.000 en 2020). Dicho de otra forma: hasta ese año había solo 7.857 hectáreas y, desde entonces, se han sumado 51.761 hectáreas más, el 86% de toda la superficie.

Una potencia en ciernesUna potencia en ciernes«Han transcurrido siete años desde 2015, por lo que el grueso de las 4.008 hectáreas de ese año debería comenzar esta campaña a tener una cosecha vendible. Lo mismo ocurrirá de forma progresiva con el resto de las hectáreas en los siguientes años, por lo que no será hasta finales de esta década cuando se compruebe el verdadero potencial de España en el sector. Entonces se alcanzarán en torno a 60.000-70.000 hectáreas en producción y se comprobará si el pistacho español es un actor relevante dentro del mercado internacional liderado por Irán, Estados Unidos y Turquía, principalmente», subraya Jaime Sánchez Cuéllar, codirector de PistachoPro y coordinador del estudio.

Hablar del pistacho en España es hacerlo, sobre todo, de Castilla-La Mancha, que lidera el ranking con el 79% de las hectáreas de secano (34.604) y el 73% de las de regadío (11.400). Las siguientes comunidades son, por este orden, Andalucía, Castilla y León y Extremadura. Las nuevas plantaciones menores de cinco años también se concentran en Castilla-La Mancha en una proporción similar, con el 78% del total.

Por provincias, Toledo (6.025 hectáreas) , Ciudad Real (5.845), Albacete (5.574), Cuenca (4.198) y Granada (1.454), ocupan las primeras cinco posiciones en superficie de nuevas plantaciones (secano y regadío), seguidas de Badajoz (751), Valladolid (535), Zamora ( 338), Murcia (253) y Jaén (229). En 2021 se aprecia que la tendencia deja de crecer (aun así, se sumaron otras 7.766 hectáreas) y todo apunta a que la pasada y la presente campaña se ha estabilizado el ritmo de plantación, según las estimaciones que maneja PistachoPro.

Por tanto, los efectos del salto cualitativo se observarán a partir de ahora poniéndose a prueba la capacidad de este incipiente sector para procesar y comercializar el producto. El panel de expertos de PistachoPro es unánime a este respecto: «Es inevitable, nos encontraremos limitados en la capacidad de procesado cuando experimentemos este boom productivo, que seguirá la curva de nuevas plantaciones que en 2015 alcanzó niveles exponenciales», sostiene el consultor internacional y asesor de Pistacium Mediterraneum, Stefano Armadoro.

«Es inevitable que un sector que experimenta un desarrollo tan rápido tenga problemas», añade Armadoro. Pero, como receta para solucionarlos asegura que «hay que seguir profesionalizando el campo y mantener un buen estándar de calidad. Las plantaciones tienen que estar libres de enfermedades».

En este sentido, Carlos Suárez, presidente del Consejo Europeo del Pistacho (CEP), asegura que España no está preparada para absorber a nivel industrial el pico de producción si hablamos de un procesado completo, en calidad y cantidad suficiente para el cliente europeo. «Estamos en el buen camino pero vamos a necesitar ajustes y profesionalización en el sector, no solo a nivel de procesado, sino también a nivel de campo. Las fincas van a tener que producir acorde a lo que a lo que las fábricas van a necesitar. No vale cualquier cosa», señala.

En la misma línea se pronuncia Julián Navarro, presidente de la Asociación Nacional del Pistacho (ASOESPI): «Actualmente en España no estamos preparados para procesar el producto de todas las hectáreas que se han plantado. El agricultor sólo ha pensado en plantar y plantar pero no en que había que procesarlo. El procesado se ha visto como una cosa secundaria y no es así. O invertimos rápidamente en hacer buenas plantas de procesado o tendremos un problema de aquí a nada porque el pistacho hay que recogerlo en 15-20 días y hay que dar respuesta a ello», vaticina.

El futuro.

Suárez hace hincapié en que «después de Estados unidos, Irán y Turquía, que pasan de las 100.000 toneladas de pistacho al año, está Siria, que ronda las 20.000. Y estamos hablando de que España, de aquí a 10 o 15, años puede estar en unas 100.000 hectáreas, que a un rendimiento de 500 kilos por hectárea, que es bajísimo, nos colocaría en 50.000 toneladas. El futuro es halagüeño. España tendrá cosas que decir en el sector a nivel mundial».

Julián Navarro asegura que «España va a ser una potencia. Lo tenemos muy claro: queremos diferenciarnos del resto en calidad, no vamos a ir a cantidad de kilos. ¿Cómo se consigue? Con una buena trazabilidad, un procesado rápido del producto y, por supuesto, buenas instalaciones; si sumamos todo eso podemos convencer a los compradores». El responsable de ASOESPI concluye asegurando que «el futuro es prometedor para el pistacho español. Yo tengo mucha fe y mucha confianza».

Jaime Sánchez Cuéllar, de PistachoPro, mantiene que el sector nacional «tiene grandes retos para los próximos cinco años» a causa de esa esperable multiplicación de la producción. «Podemos decir que ha llegado el momento de la verdad, el momento de comprobar cuál es la dimensión del sector y su capacidad real para procesar y comercializar todo el pistacho con la calidad que exige el mercado europeo. Esto próximos cinco años van a ser muy interesantes y sabremos si estamos preparados para jugar en la liga de los grandes».

 

El sector no se para.

Los expertos dejan claro que, ahora mismo, España no está preparada para procesar todo el pistacho que se va a producir en los próximos años, pero eso no quiere decir que el sector esté parado. Y un ejemplo de ello es la empresa Pistachos del Valle, que trabaja con producto de Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla y León y se ha instalado en el Parque Empresarial Entrecaminos de Valdepeñas (Ciudad Real), con una inversión de 2,4 millones de euros y dispuesta a procesar 350 toneladas anuales. Se trata de un punto estratégico, ya que en 50 kilómetros a las redonda hay unas 5.000 hectáreas de pistacho, de las alrededor de 50.000 que hay en toda Castilla-La Mancha. El gerente de la empresa, Gabriel Antonio Campillo, explica que el sector atraviesa un buen momento debido a la sequía de Irán y a otras circunstancias que han permitido elevar el precio del producto un 10%. Campillo apunta que «en secano se está adaptando muy bien, aunque en regadío la producción la doblan; pero en secano los agricultores están obteniendo unos 800 kilos por hectárea que, a un precio de media de 4 o 5 euros, es bastante más rentable que la viña en secano».