En una entrevista concedida a la Cadena Ser, el Chimy Ávila ha explicado cómo vivió los días en los que fue objeto de importantes críticas por parte de un sector de la afición de Osasuna, cuando el delantero argentino publicó una fotografía en instagram en la que aparecía con una camiseta con la cara de Santiago Abascal, líder de VOX. "Me han tocado noches de lágrimas. No sabía lo que hacía. Si de verdad hubiera querido mostrar la camiseta me hubiese puesto más recto frente a la cámara... La primera vez salí al campo y con mi familia ahí me hice el cabeza dura, pero me dolió mucho", ha dicho.

En ese contexto el delantero rojillo pidió salir de Osasuna: "Lo hablé con mi mujer y le dije a mi agente que hablase con los dirigentes para salir del club, pero al mismo tiempo un día me senté y me dije que si me iba le daba la razón a muchas personas que no creen ni confían en mi palabra. Así que me planté y decidir defender mi palabra, que es la verdad. A mi me pagan por jugar al fútbol, no por defender la política, porque la política es algo que no me interesa y que no me va a interesar nunca. Mi trabajo es el fútbol, lo que me da de comer es el fútbol. Yo no me siento en un banco a defender derecha, izquierda o centro. Yo me centro en el fútbol y lo que defiendo es a mi equipo", insistía.

Después de optar por su continuidad en Pamplona acabó renovando con la entidad osasunista: "Estoy muy contento en Osasuna. Cuando toda la afición salió a corear mi nombre mientras otros me pitaban fue algo con lo que yo me quedo, con las cosas bonitas. Cuando llegó el momento de sentarnos a negociar yo ya le dije a mi representante que Osasuna era mi prioridad. Le debo mucho a esa gente que me levantó el ánimo cuando yo en realidad estaba hundido".