La utopía de las dos horas

Diego Izco (SPC)
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Eliud Kipchoge batió su propio récord, pero la 'gran barrera' sigue a 69 segundos de distancia

El keniata, eufórico tras marcar 2.01:09 este fin de semana en la prueba de Berlín. - Foto: FILIP SINGER

El 3 de diciembre de 1967, el australiano Derek Clayton le metió en Fukuoka una impresionante mordida de 144 segundos al anterior récord del mundo de maratón, el establecido por el japonés Morio Shigematsu en 1965. Clayton fue el primer ser humano que bajó de las dos horas y 10 minutos (2.09:36 fue la plusmarca) y en ese instante apareció la primera sombra verosímil sobre la gran quimera de la distancia: ¿puede el hombre correr los 42,195 kilómetros por debajo de las dos horas?

Los expertos y estadistas tiraron reglas y cartabones sobre los gráficos, sobre todo cuando el propio Clayton, dos años después, bajaba su propio récord en 57 segundos. Según las predicciones más optimistas, la barrera era perfectamente alcanzable en los años 80: Albert Michelsen (EEUU) había bajado de 2,30 en 1925, Jim Peters (Reino Unido), de 2,20 en 1952… Pero más de medio siglo después de que alguien trazase esas hipotenusas imposibles, la utopía sigue viva.

Eliud Kipchoge acaba de establecer la plusmarca a 69 segundos de la barrera más mítica del atletismo. El pasado domingo, el mismo día que el mundo del deporte despedía a otro mito (Federer) y alumbraba el nacimiento de otro fuera de serie (Evenepoel), el keniata de 37 años paraba el 'crono' en 2,01:09 en Berlín.

Histórico 'medio'

Ese día, durante unos instantes, los foros de atletismo de medio mundo colapsaron: «¡Ha pasado el medio maratón en 59:51!», escribían. Las liebres, Moses Koech, Noah Kipkemboi y Philemon Kiplimo, tenían marcado el 1,00:40 como objetivo a mitad de carrera, pero las sensaciones del 'monje' Kipchoge son inmejorables. Marcó el mejor medio maratón de la historia en prueba larga (en media maratón 'per se', Kiplimo tiene un impresionante 57:31 desde el pasado año). Casi 200 zancadas por minuto, una velocidad que supera por momentos los 21 kilómetros por hora, 100 metros cada 17 segundos… 

En este punto, con todos los ojos puestos sobre su inmaculada forma de devorar el asfalto, el keniata mantiene una cadencia infernal. Incluso cuando, a partir del kilómetro 25, pierde a las liebres. Kipchoge conoce su cuerpo como nadie en la historia del gran fondo. Lleva su mente de viaje: primero hasta el valle del Rift, donde en Kaptagat lleva una vida austera, casi de ermitaño. Madruga más que nadie, se acuesta antes que nadie y cuando no entrena es un semidiós que nunca ha negado una foto, una sonrisa o una firma a cualquier aficionado que le reclame.

Después 'vuela' hasta el 12 de octubre de 2019 en el parquePrater de Viena. «Yo ya corrí el maratón por debajo de las dos horas», se dice a sí mismo. Efectivamente, el proyecto 'Ineos 1,59' buscaba romper la barrera… y a su manera, no reconocida por la IAAF, la rompió: cinco atletas con formación en 'V', grandes fondistas jugando para la causa: los hermanos Ingebrigsten, el mito Lagat, el campeón olímpico Centrowitz, Barega… unos salen exhaustos y otros entran frescos, persiguiendo a una camioneta que marca la velocidad exacta para no bajar jamás de 2:50 el kilómetro. 

Detrás de la formación, protegido del viento y con unas zapatillas Nike Vaporfly no homologadas, Kipchoge completa la exhibición; a falta de 200 metros abandona a los gregarios y salta emocionado hacia la meta: ha parado el cronómetro en 1,59:40. 

Nueva marca

Completada la ensoñación en pleno esfuerzo, el cronómetro que corona oficialmente su nuevo hito se detuvo el pasado domingo en 2,01:09. Y las dos marcas aparecen reflejadas a ambos lados del espejo para ofrecer varias conclusiones demoledoras. Sobre la primera, la 'alegal', si el mejor maratoniano de la historia (que ya tiene 37 años y no mucha longevidad deportiva por delante) ha contado con todas las ayudas humanas y tecnológicas del mundo y apenas ha rebajado en 20 segundos la quimera de las dos horas, ¿cuánto queda aún para que alguien lo consiga de forma 'legal' y homologable? Y sobre el segundo reflejo, el del récord que sí ha sido: si aquella marca de Clayton tardó 51 años en bajar ocho minutos (Kipchoge en 2018) y se quedó en 2,01:39, ¿no son 69 segundos un mundo para el que todavía el ser humano no está preparado? 

Solo el africano lo sabe. «Lo que he hecho -decía tras el 'proyecto Ineos'- es abrir la puerta a los demás, y espero que la próxima generación de deportistas corra el maratón por debajo de las dos horas… si no soy yo el que lo hace antes». 

Todo esto lo decía con su eterna sonrisa, en su valle, a 2.000 metros de altura, con una camiseta roja en la que se leía «No creo en los límites», aunque el propio Eliud Kipchoge, la persona que más cerca ha bailado sobre el gran alambre del 2.00:00, sepa que la frontera está aún bastante lejos.