11 años de la muerte de Daniel, corneado por un Jandilla

Nuria Tirapu
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10 de julio de 2009, fecha grabada para la familia de Daniel Jimeno, el joven de Alcalá de Henares fallecido tras recibir una cornada en el cuello a la altura del tramo de Telefónica.

11 años de la muerte de Daniel, corneado por un Jandilla - Foto: Cedida

Once años de aquel trágico encierro, uno de los más recordados en Pamplona. Este año, más aún, donde los mozos no han podido ponerse delante de los toros por la crisis del coronavirus. 

Eran las nueve menos cuarto de la mañana cuando Daniel Jimeno fallecía en el Hospital de Navarra. El corredor ingresó en parada respiratoria y poco se pudo hacer por su vida.

Con el número 106, colorado, ojo de perdiz y de 515 kilos, Capuchino fue el gran protagonista del encierro del 10 de julio de ese año en las calles de Pamplona. Sembró el pánico nada más salir de los corrales y en el tramo de la plaza del Ayuntamiento se llevó por delante a tres corredores. Desde este instante el astado quedó descolgado del resto de la manada protagonizando hasta la Plaza de Toros los momentos más peligrosos de la carrera. 

11 años de la muerte de Daniel, corneado por un Jandilla11 años de la muerte de Daniel, corneado por un Jandilla - Foto: Cedida

El mayor momento de tensión, el de la entrada al coso pamplonés. Allí estaba Daniel Jimeno y allí recibió la cornada mortal que le arrancó la vena cava y afectó a la aorta y al torax. A pesar de la ayuda de pastores y corredores, Capuchino no dejó de ensañarse con los mozos. Cuatro minutos y veinte segundos después, Capuchino entró a la Plaza de Toros. 

CADA 10 DE JULIO ES ESPECIAL Y ESTE AÑO 'SINGULAR'

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11 años de la muerte de Daniel, corneado por un Jandilla - Foto: Cedida
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11 años de la muerte de Daniel, corneado por un Jandilla - Foto: Cedida

La familia de Daniel Jimeno, deposita cada 10 de julio en el poste número 66 del vallado del encierro de San Fermín un ramo de flores en homenaje al joven, última víctima mortal de los encierros. Este año será diferente, sin vallado, pero con el mismo sentimiento por aquel joven a quien un día Capuchino se llevó por delante.