A los hombres de Jagoba Arrasate no terminan de salirles las cosas, una situación que parece repetirse en el tiempo, ya que en las últimas temporadas también han pasado por baches peores para acabar firmando un curso notable.

En la 2020/21, año del Centenario, Osasuna acumuló 12 partidos sin ganar una sola cita. Entonces, la afición se impacientó, pero el trabajo diario de Arrasate y los suyos vio sus frutos para ver de nuevo a luz ante el Granada en la jornada 20. Durante ese lapso el equipo encajó 22 tantos por solo 11 marcados.

La temporada pasada fueron 10 las jornadas que enlazaron los rojillos entre empates y derrotas. La sangría de goles fue menor. Sergio Herrera encajó 11 y Juan Pérez un par. El Cádiz fue la víctima escogida para salir del conocido pozo y del que lograron volver a escapar. Aquel domingo, Budimir y Kike Barja hicieron vibrar a su hinchada con sus dos acciones.

Actualmente, Osasuna ha vuelto a caer en la misma dinámica tras un comienzo de campeonato prácticamente inmaculado. Los 12 puntos de 15 posibles sumados al inicio ante Sevilla, Cádiz, Rayo Vallecano y Almería llevaron a Pamplona un estado de felicidad del que los integrantes de la plantilla fueron conscientes que podía terminar. Cabía la posibilidad de que las circunstancias se diesen en su contra y que todo lo anterior quedase olvidado. Todo esto ha llegado.

Se deberá hacer memoria para no caer en la trampa de ver el vaso medio vacío. Restan 29 choques y los socios de la entidad confían en revertir la situación cuanto antes. Lo cierto es que el bagaje goleador en estas cuatro jornadas que llevan sin ganar es deficiente. Dos goles en 360 minutos.

El Espanyol, próximo rival, engancha dos empates a dos y una victoria por la mínima en casa contra el Valladolid que hacen que los pericos lleguen a su visita a tierras navarras con la moral por las nubes y con un Joselu en estado de gracia.

Arrasate deberá cambiar de sistema si no quiere que la imagen de ayer en el Ciudad de Valencia se vuelva a dar. El equipo requiere de más llegada al área contraria, por lo que la alineación podría variar con la entrada de algunos futbolistas ofensivos.