La puerta de entrada del fuerte de San Cristóbal acoge un año más el homenaje a los más de 7.200 presos que pasaron por este recinto convertido en cárcel durante y después de la guerra civil española, de los que 750 murieron allí.

Organizado por la Red de Memoria Colectiva "Txinparta", el homenaje de este año coincide con el 84 aniversario de la fuga del 22 de mayo de 1938, que finalizó con muchos de los presos huidos fusilados, y también llega este año el acto junto a la noticia de que se cuenta ya con los permisos estatales, además del impulso presupuestario de Gobierno de Navarra, para rehabilitar el conocido como "Cementerio de las botellas".

Se trata de un cementerio cuya existencia salió a la luz hace tres lustros y donde están enterrados más de un centenar de los presos de San Cristóbal, entre cuyos restos cada uno de ellos cuenta con una botella de vidrio que guarda en su interior un documento con los datos del fallecido.

En declaraciones a Efe Víctor Oroz, miembro de Txinparta, ha valorado que, tras dos años de restricciones por la pandemia, este acto "retoma el pulso" como venía haciéndose, en presencia de familiares de presos que ya pueden viajar sin restricciones.

También ha valorado que los expedientes penitenciarios de San Cristóbal están el Archivo de Navarra, aunque sigue en pie una de las "exigencias" de Txinparta, que es la reversión de la propiedad del fuerte para las instituciones navarras.

Otro avance es que, tras diferentes vericuetos legales, "tenemos ya todos los permisos para el proyecto de dignificación del 'cementerio de las botellas'. Pronto empezarán las obras y esperamos que para el año que viene esté rehabilitado y con un acceso más digno que el actual", un sendero en una difícil cuesta.

El proyecto para rehabilitar el cementerio lo ha trabajado Txinparta, pero el Gobierno de Navarra "lo ha acogido como propio y ellos ya están tras el inicio de las obras", ha valorado.