Partido sin gol y casi sin disparos entre palos de Mallorca y Osasuna. Los navarros no acertaron con la portería balear hasta alcanzado el minuto 89, cuando el recién incorporado Abde buscó marcar con un fuerte disparo desde la frontal. A esa acción le siguió un golpeo similar de Moncayola, ambos remates repelidos por el portero. A ello se sumó un tímido cabezazo de Kike García en el último minuto de partido, con lo que ese fue todo el peligro real que creó el cuadro rojillo en Palma. Por contra, tampoco el Mallorca pudo rematar entre los tres palos, aunque fueron ellos quienes más merodearon el área rival, principalmente en los primeros 45 minutos. Aunque en la recta final los locales se quedaron con un jugador menos por expulsión de Copete, Osasuna no pudo aprovecharlo. Preocupa la falta de gol.
El partido comenzó con un golpeo de falta lanzada por Lee que buscó la escuadra de Sergio Herrera. El Mallorca presionaba en campo rival y ahogaba a los navarros cada vez que recuperaban el balón. Además, algunas imprecisiones en la salida sembraron las dudas en el que equipo de Arrasate, que veía cómo Budimir era un islote en ataque. Sólo Kike Barja con alguna internada le daba algo de profundidad al equipo. Tampoco Nacho Vidal, muy fallón; ni Rubén García pudieron generar superioridades en banda derecha. Por momentos el control del juego era alterno, con dos equipos que acumulaban muchos efectivos por dentro.
Las únicas ocasiones de cierto peligro llegaban por pérdidas o despistes en defensa, como fue una recuperación de Juan Cruz alcanzado el minuto 19. El lateral izquierdo de Osasuna robaba en la frontal del área y jugaba con Rubén García, que en el momento del remate fue derribado en el borde del área. Él mismo se encargó del lanzamiento, que pegó en la barrera. Eso sería lo más destacado del equipo en la primera mitad. Tampoco gozó de ocasiones el equipo de Javier Aguirre, aunque con algo más de intensidad eran capaces de ganar duelos individuales y acumulaban más efectivos en campo rival. A pesar de esas mejores sensaciones no tenían finalización.
Al paso por vestuarios bajó muchos enteros el partido. Los dos equipos ofrecían un ritmo cansino en la medular, sin apenas desmarques u otras acciones de profundudidad. Es por ello que Arrasate optó por mover el banquillo en el minuto 66, dando entrada a Moi Gómez y Moncayola por Lucas Torró y Aimar Oroz. En ese momento Osasuna se adueñó del balón, aunque delante tenía a un Mallorca replegado y que no concedía espacios. El equipo de Pamplona abusó de juego horizontal, pero en una de esas triangulaciones Rubén García rompió al espacio para quedarse solo ante el portero. En ese momento fue "abrazado" por detrás y Copete al ser el último defensor vio la roja directa. A pesar de la claridad de la acción, la decisión arbitral fue muy protestada y el partido se calentó en exceso. Todo eran quejas y contínuas reclamaciones. Si antes de la expulsión el Mallorca ya estaba replegado, al estar con un jugador menos pasaría a un planteamiento más defensivo si cabe. Por su parte, Osasuna, a pesar de la superioridad numérica no lograba finalizar jugada.
En el minuto 76 Pablo Ibáñez era sustituido por Abde y después serían Kike García y Diego Moreno los que accedieran al campo en el lugar de Nacho Vidal y Rubén García. Con gente de refresco en el área llegó una buena ocasión, que ni Kike Gacía, ni Barja fueron capaces de rematar.. El balón había quedado muerto y entre ambos se molestaron. Fue entonces en el 89 de partido cuando un balón colgado al área lo bajó de cabeza Kike García y le quedó a Abde, que de primeras remató raso ajustado al palo. Una buena intervención del meta balear evitó el 0-1. Ese fue el primer disparo a portería de todo el partido. Le siguió otra ocasión de Moncayola y un cabezazo final de Kike García. Con ese remate en el minuto 95 murió el choque.
Al final, Osasuna regresa a Pamplona con un punto en la mochila y el golaveraje ganado al Mallorca, aunque con una preocupante falta de gol a pocos días de la histórica semifinal de Copa del Rey en San Mamés.