Un asesinato, un altar y muchas incógnitas

Jose F. Sánchez (EFE)
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El cuerpo de Milena fue encontrado en el piso de un cliente que se suicidó tras presuntamente matarla, aunque se desconoce si participaron otras personas o si se trató de un macabro ritual

Un asesinato, un altar y muchas incógnitas - Foto: Juan Barbosa

Alfonso, de 53 años, era un sugar daddy un tanto oscuro y raro según las jóvenes a las que solía contratar. Entre ellas estaba Milena, a la que presuntamente mató antes de ahorcarse en el baño de su piso del distrito madrileño de Arganzuela. Pero, ¿estuvo solo cuando cometió el crimen?

El caso, más allá de la autoría de Alfonso, deja abiertas muchas incógnitas, desde la posible participación de terceras personas, hasta el lugar y la forma en la que fue asesinada la víctima a finales del mes de noviembre, según indican fuentes próximas a la investigación.

El cuerpo de la joven de 20 años residente en Alcalá de Henares presentaba numerosas lesiones por fuertes golpes, uno de ellos en la cabeza, como si hubiera sido objeto de una paliza antes de fallecer. Sin embargo, las primeras averiguaciones del Grupo VI de Homicidios determinaron que murió por estrangulamiento. Y es que también tenía marcas en el cuello.

Milena había quedado con Alfonso, un informático que padecía una enfermedad terminal, el 22 de noviembre en Tirso de Molina. Fueron a un spa del centro al que él solía llevar a las sugar babies que contrataba y después comieron en un restaurante cercano. 

La joven se había citado esa misma tarde con otro hombre pero, después de más de 12 horas sin tener noticias de ella -ya en la madrugada del día 23-, su supuesto novio, quien conocía los encuentros que mantenía, interpuso una denuncia por su desaparición en la Comisaría de Alcalá de Henares.

Tras cruzar los datos recopilados en la investigación, la Policía sospechó el día 28 que la joven podía estar en el mismo piso de la calle Fray Luis de León en el que dos días antes los agentes habían descubierto el cuerpo ahorcado de Alfonso y una nota en la que indicaba que se había quitado la vida. No tenían una orden de registro y el protocolo no señala que deban inspeccionar la vivienda, por lo que no revisaron la totalidad del inmueble, tampoco una pequeña habitación o trastero que estaba cerrada con candado.

Como esperaban los agentes, cuando entraron de nuevo al piso y abrieron con llave esa estancia, hallaron el cadáver desnudo de Milena tumbado boca arriba en una cama. La escena era dantesca, ya que se trataba de la pequeña sala que utilizaba el hombre para realizar sus ritos sexuales.

Había disfraces con los que practicaba juegos de rol con las jóvenes. De todas ellas tenía una marcada obsesión con una, a la que hasta había dedicado un altar con sus fotografías que también se encontraba en el mismo habitáculo. En el marco de esos juegos de rol, a una de las sugars llegó a pedirle que fueran a un cementerio para que ella simulase que estaba muerta.

Los investigadores constataron que la misma tarde del día 22, fecha en la que se piensa que Milena fue asesinada, Alfonso quedó con otra joven, y a su vez con una tercera al día siguiente, todo antes de quitarse la vida.

Helker Skelter

La Policía Científica inspeccionó entonces la habitación en la que apareció su cadáver, donde no se encontraron restos de sangre. Por esa razón, los investigadores dejaron abierta la posibilidad de que hubiera sido asesinada en otro lugar, dentro o fuera de la vivienda.

Lo que sí descubrieron en una pared del salón del domicilio, al activar la luz ultravioleta, fue una inscripción invisible a primera vista en la que se leía Helker Skelter, el título de la mítica canción de la banda The Beatles (referido en español al descontrol o desorden) y un lema ligado al oscurantismo y a los crímenes de la familia Manson.

Otro de los aspectos que alimenta el misterio en torno al caso es la intervención de dos personas que accedieron al piso de la calle Fray Luis de León tras el hallazgo del suicidio de Alfonso y antes del descubrimiento del cuerpo de Milena por parte de la Policía, entre los que transcurrieron unas 48 horas.

Se trata de la expareja del presunto homicida y de un amigo en común, quienes reconocieron haber abierto antes que los agentes el habitáculo donde estaba la joven, a la que confundieron con una muñeca hinchable, según declararon ante los investigadores.

El conocido letrado penalista Juan Manuel Medina se ha hecho cargo del caso en representación de la familia de la víctima, si bien ha rehusado hacer declaraciones toda vez que la instrucción judicial se encuentra todavía en una fase inicial. ¿Supo alguien más que Alfonso de la muerte de Milena antes de ser encontrada en el domicilio por los agentes? ¿Intervinieron terceras personas en el crimen? Son preguntas que el caso ha dejado abiertas y que la investigación tratará ahora de esclarecer.