La mentira de la 'unidad b'

Diego Izco (SPC)
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Plantillas equilibradas y extensas sin abismos entre teóricos titulares y suplentes: la clave del éxito

Asensio, tras ver puerta ante la Juventus en la pretemporada. - Foto: EFE

«Con todo el respeto y cariño para los míos, dadme a cualquiera de sus suplentes», respondía hace años Mané, técnico del Alavés (entre muchos otros) cuando le preguntaron por la visita de un Real Madrid supuestamente mermado por las bajas. 

Eso sucedió hace más de 20 años, pero es una respuesta cíclica a lo largo de la historia en el momento en que se establecieron claramente las 'clases sociales' en las ligas, distanciando a 'gigantes' de 'grandes' y a 'grandes' de 'modestos'. El fútbol sigue siendo un deporte maravilloso en el que uno de estos puede ganar un encuentro a los grandes favoritos… pero esas sorpresas han tendido a ser cada vez más esporádicas, tanto en el día a día como en el resultado final del campeonato: entre 1982 y 2002 hay siete campeones distintos de Liga; entre 2003 y 2022, cuatro… teniendo en cuenta que el Valencia gana una y el Atlético dos. 

La superioridad de Real Madrid y Barcelona se basa en lo que unos llaman fondo de armario, otros profundidad de plantilla… y, últimamente, la categoría o fiabilidad de la llamada 'unidad b'. Como señaló Pep Guardiola, «las grandes actuaciones las tienen los grandes onces, pero los títulos los ganan, sobre todo, los suplentes». 

Dembélé celebra un tanto en la gira de Estados Unidos.Dembélé celebra un tanto en la gira de Estados Unidos. - Foto: EFEonces de lujo. En el caso del actual Real Madrid, si los 11 'titulares' cayesen lesionados a la vez, Carlo Ancelotti podría alinear un equipo con Lunin; Odriozola, Rüdiger, Vallejo, Nacho; Valverde, Tchouaméni, Camavinga, Ceballos; Hazard y Asensio. Si sucediera lo mismo en el Barça, Xavi tendría (todavía con nombres por salir… pero otros por llegar) a Neto; Eric, Christensen, Piqué; Sergi Roberto, Kessié, De Jong, Pjanic, Nico; Ferrán, Aubameyang y Dembélé. ¿Cuántos equipos de LaLiga, al completo y con sus mejores hombres, podrían declararse abiertamente superiores a alguno de estos dos onces? 

«Lo del 'segundo equipo' es una filfa tremenda. Una mentira», decía José Luis Mendilíbar desde Eibar. Era la temporada 16/17, el Madrid caminaba con paso firme hacia el doblete Liga-Champions con una fórmula que Zidane trabajó magistralmente: mantenía frescos a los supuestos titulares para acercar la duodécima Copa de Europa a las vitrinas del Bernabéu y entregaba la recta final del campeonato a los menos habituales. ¿Quiénes eran? Morata, James, Isco, Nacho, Pepe, Kovacic, Asensio… Aquella llamada 'unidad b' ganó todos los partidos lejos del feudo merengue desde la jornada 26, incluyendo algunas goleadas ante Leganés (0-4), Deportivo (2-6) o el propio Eibar (1-4). Solo un dato: entre los tres primeros (Morata, James e Isco) lograron 32 goles ligueros. 

Para buscar algo similar en el Barça, aquel que logró LaLiga 12/13 con 100 puntos, la diferencia se la daban los Messi, Xavi, Iniesta, Busquets, y compañía… pero la suficiencia se lograba desde la infalible profundidad de banquillo: Villa y Alexis consiguieron 18 tantos, Thiago, Tello o Adriano intervinieron en más de 20 encuentros, Puyol y Bartra daban descansos a Piqué y Mascherano… «En el debate sobre 'plantilla corta' o 'plantilla larga' yo no entro: dos por puesto. Punto». Era la opinión de Luis Aragonés, quien a pesar de ser un técnico 'enemigo' de las rotaciones, consideraba que no debía existir diferencia entre el equipo básico y el suplente. 

Reacción del Barça

Algo así detectó Xavi Hernández, quien ha planificado con mimo la temporada 22/23 junto a Mateu Alemany y Joan Laporta. El técnico de Tarrassa consideraba que la distancia con el Real Madrid no era de juego o de gol (el 0-4 del último clásico como muestra), sino de plantilla. El Barcelona del pasado curso tiró de los Mingueza, Abde, Jutglá, Demir… y se encontró con la bendición de Nico y sobre todo Gavi, pero lo que permitió al Madrid alzarse campeón doméstico (13 puntos por encima de los culés) y de la Champions fue la fiabilidad de una plantilla más extensa que la de su gran rival. 

En el fútbol (y en otros deportes de equipo), solo los genios juegan por decreto (que no lo hiciesen sería un insulto al propio juego), y el resto debe sentir el aliento de su competidor directo en la espalda para exprimirse. «Unos pueden sentirse titulares y otros suplentes. Es inevitable. La clave es que todos se sientan útiles», escribía Solari. Por este motivo, si no hay diferencias entre las llamadas 'unidad a' y 'b', es que no hay dos unidades... sencillamente, hay una plantilla superlativa.