Una multitud aguardaba expectante en la plaza del ayuntamiento de la localidad navarra a que prendiera la mecha que daba inicio a sus fiestas. Había ganas y el tiempo ha querido ser benévolo. Los miembros de la Cofradía de la Vírgen de Cuevas han sido los encargados de tal honor después de dos años sin festejos debido a la pandemia. No ha sido casual su elección. Han sido sus miembros quienes durante todo este tiempo sin fiestas se han preocupado de mantener viva la tradición de trasladar a la virgen en el día de las "no fiestas".
Con el esperado cohete de este mediodía la localidad se ha sumergido en unos días de celebración y buen ambiente.