"De la pandemia no hemos aprendido, hemos sobrevivido"

Ricardo Beitia
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María Antonia Rodríguez es gerente de la Fundación Baluarte de Pamplona y de la Orquesta Sinfónica de Navarra. Dejada atrás la pandemia habla abiertamente de la situación que le tocó gestionar con el Covid al poco de tomar el cargo.

Para ella siempre ha sido muy fácil dedicarse a la música. En casa siempre tuvo el apoyo necesario. Hizo la carrera de piano y flauta, lo que le permitió dedicarse a una profesión que le "encanta". Tiene plaza en excedencia en la orquesta sinfónica de TVE y en el conservatorio de Madrid. Pero a María Antonia Rodríguez la vida le llevó a un nuevo capítulo profesional cuando se le brindó la oportunidad de presentar un proyecto para Fundación Baluarte. "Concursé y aquí estoy", afirma sonriente en el programa Cara a Cara de Navarra Televisión donde cuenta cómo han sido estos cuatro años de andadura donde las cosas no han sido fáciles con una pandemia que lo complicó todo apenas unos meses después de entrar a gestionar la Fundación del Auditorio y Palacio de Congresos además de la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN). 

Poco podía imaginar que, al cabo de medio año de estar al frente de su nuevo cargo, un virus, el Covid-19, pondría a prueba su capacidad para manejar una situación que descolocó a todo el mundo, en el sentido más literal del término. Tanto que le lleva a afirmar que "durante la pandemia hemos sobrevivido". Lo dice convencida de que en todo ese periodo "hemos aprendido a sobrevivir y a llevar un tiempo muy complicado, pero no como aprendizaje en sí mismo". Y lo dice por algo: "La esencia de un espectáculo en vivo es el público". Recuerda que a través de la OSN se hicieron muchas cosas: "Grabaciones, se tocó al aire libre, actuaciones en pequeño formato, homenajes a las víctimas, etc", pero al mismo tiempo afirma que no fue un aprendizaje, sino "supervivencia". Después de dos años se felicita de la vuelta a la normalidad: "Estoy contenta porque el público está respondiendo extraordinariamente bien esta temporada". 

María Antonio Rodríguez asegura que la experiencia da capacidad para traer a Pamplona los mejores contenidos y con una alta calidad: "Es una seña de identidad". Y esto va a acompañado de una "enorme tradición" en cultura que atesora Navarra. Lo dice convencida de que la sociedad navarra está cerca de la cultura a pesar de la escasa población: "El público aquí no es muy efusivo, pero es agradecido y sentido". 

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“De la pandemia no hemos aprendido, hemos sobrevivido”
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También es consciente que en determinadas disciplinas como la ópera hay todavía un público muy elitista de forma tradicional que debería cambiar. "La ópera es para todos los públicos. Debería ser para todos los públicos", remarca. Y en ello está su cabeza, en llevar a cabo un proyecto a futuro con las universidades navarras y la AGAO (Asociación Gayarre Amigos de la Ópera) para poder abrir este género musical y artístico a los jóvenes.