Descartada la reedición de Navarra Suma, el PP está dispuesto a "colaborar" con Unión del Pueblo Navarro, pero pide a la formación de Javier Esparza que mueva ficha y decida si es la alternativa al PSOE de Pedro Sánchez y de María Chivite o si llega a acuerdos con quienes pactan con los nacionalistas.

Pese a la proximidad de las elecciones autonómicas de mayo, el escenario sigue abierto en Navarra, donde el PP se presentará con seguridad y no hay todavía un pacto con UPN, al que el partido de Alberto Núñez Feijóo no quiere limitarse a "complementar", según señalan fuentes populares a Efe.

Las siglas que figuren en la papeleta son secundarias, sostienen en Génova, y la clave está en la posición que adopte UPN y si se coloca en frente o al lado de Sánchez, Chivite y de los pactos de éstos con los nacionalistas en el Congreso de los Diputados y el Gobierno navarro.

Advierten en el PP de que los regionalistas que no tienen capacidad de Gobierno pierden su pujanza, como ocurrió con el andalucismo.

El PP tiene además pendiente la renovación orgánica del partido en Navarra, donde está descartada la reelección de Ana Beltrán, que durante la crisis de la formación se mantuvo junto a Pablo Casado.

A los próximos comicios autonómicos el PP llega como líder en los sondeos nacionales y con Ciudadanos fuera de juego, una situación muy distinta a la que había en 2019, cuando se configuró Navarra Suma junto a los naranjas y a UPN y cuando Pablo Casado cosechó el peor resultado electoral de los populares en unas generales.

El diálogo con UPN se producirá además tras la división que provocó en este partido la convalidación de la reforma laboral, que sus dos diputados -Carlos García Adanero y Sergio Sayas- rechazaron saltándose el criterio de su formación, que les expulsó.

En este contexto, Javier Esparza sostuvo el pasado 2 de septiembre que hablaría tanto con el PP como con Ciudadanos, pero avisó de que nadie les iba a "marcar el paso".