Larga vida al Rey Tut

J. Villahizán (SPC)
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Hace un siglo, Tutankamón, el faraón más conocido y joven del Antiguo Egipto, fue rescatado de las tinieblas de su tumba para que todo el mundo supiese de su existencia

Larga vida al Rey Tut

El Antiguo Egipto es posiblemente una de las culturas más asombrosas, enigmáticas y majestuosas del mundo. Una etapa histórica que ha marcado a la Humanidad y que revolucionó en su momento el conocimiento, la ciencia y la religión. Sus habitantes fueron una especie de semidioses que podían con casi todo y que poseían una conexión especial con el más allá, como así atestiguan sus construcciones y sus espacios funerarios, unas fortalezas llamadas pirámides que perecen venidas de otro mundo.  

Uno de aquellos faraones que ha pasado a la posteridad como uno de los más famosos del imperio egipcio es Tutankamón, también conocido como el rey Tut o el monarca niño, ya que accedió al trono a la corta edad de nueve años y su poder se extendió solo una década, entre 1332 y 1323 antes de Jesucristo, muriendo repentinamente en torno a la veintena. 

Pero la gran revolución sobre el conocimiento de la etapa de los faraones tuvo lugar exactamente hace un siglo, cuando el arqueólogo inglés Howard Carter y su mecenas Lord Carnarvon descubrieron el hallazgo más importante y sorprendente para el conocimiento de la época egipcia: la tumba intacta de Tutankamón.

Larga vida al Rey Tut Larga vida al Rey Tut - Foto: ENNIO LEANZAUna revelación que no fue nada fácil. Sin embargo, la fe por encontrar al último gran rey que faltaba y la obstinación de Carter, junto al apoyo incondicional de su protector, obraron el milagro tras barrer literalmente el Valle de los Reyes.

Y gracias a Tutankamón el mundo pudo saber cómo era el interior de una pirámide, qué compartimentos secretos contenía y qué significaba cada una de las estancias, además de conocer el ajuar que requería el soberano para transitar por las tinieblas. 

Un gran botín

Cuando accedieron Carter y Carnarvon  al sepulcro sellado de Tutankamón a través de una pequeña escalinata, el equipo de arqueólogos se encontró con algo maravilloso, más de 5.000  objetos amontonados en las cuatro estancias mortuorias del faraón niño. Un ajuar que a excepción de la momia del soberano se exhibe actualmente en al Museo Egipcio de El Cairo.

Larga vida al Rey Tut Larga vida al Rey Tut - Foto: STRPero los investigadores enseguida se dieron cuenta de algo importante:la tumba secreta de Tut tan solo poseía 110 metros cuadrados y había apilados en ella infinidad de objetos y piezas.

Ese aparente desorden solo podría deberse a un posible intento de robo, que algunos estudiosos lo datan tan solo meses después del entierro, o a lo precipitado de su muerte, lo que dio lugar a un discreto sepelio junto a objetos que no todos representaban al reinado del monarca niño.

Además de los cientos de reliquias, los investigadores encontraron el gran tesoro, la momia de Tutankamón, que estaba cubierta por una gran estructura de madera y un sarcófago dorado, una estructura que debido a su fragilidad y estado no fue trasladada al museo y aún permanece en el mismo sitio donde fue localizada.

Análisis posteriores del embalsamado corroboraron la tesis de que Tut fue enterrado a toda prisa, ya que esta minuciosa técnica de momificación había sido realizada de formas inexperta:la incisión para extraer las vísceras no era precisa, la posición de los brazos eran incorrectos y había exceso de resina.

Todo el fasto funerario se completaba con una inscripción en el borde del cáliz de alabastro que rezaba así: «Que viva tu ka (espíritu), que pases millones de años, tú, que amas a Tebas, sentado con la cara al viento del norte, contemplando la felicidad con tus ojos».

Entre las piezas sagradas localizadas en la cripta destaca sobremanera la máscara mortuoria del rey, que contenía más de seis kilos de oro. Otros objetos enterrados con él para garantizar que siguiera siendo fuerte, conservase su riqueza y estuviese bien alimentado en la otra vida incluían un manto de piel de leopardo, cuatro tableros de juego, seis carros, 30 jarras de vino y 46 arcos. Tal era el extenso ajuar de piezas encontradas que Carter necesitó casi una década para catalogar todos los objetos.

Secretos familiares

Se sabe que Tutankamón murió prematuramente sobre la veintena y que era hijo de Akenatón, conocido como el rey hereje por prohibir el culto politeísta e intentar formar una nueva religión monoteísta adorando solo al dios Atón, además de trasladar la capital del Antigio Egipto  a Amarna. 

 Además, los análisis de ADNque se realizaron a distintos miembros de las dinastías relacionadas con Tutankamón revelaron que  el pequeño monarca era hijo de una relación de su padre con su tía, una mujer que no tenía cargo de responsabilidad pero que según los investigadores no se trata de la esposa de Akenatón, la reina Nefertiti.

Este incesto, al que se sumarían  seguramente otros anteriores en el árbol genealógico real -algo común en la época- habría sido la causa de varios problemas médicos crónicos y deformidades que sufrió el joven faraón. De hecho, es muy probable que no haya podido caminar sin bastón y posiblemente haya sufrido epilepsia. 

De llevarse a cabo finalmente el traslado del faraón más famoso a su nuevo hogar, el Gran Museo Egipcio (GEM), aún sin inaugurar y ubicado junto a las pirámides de Guiza, quizás el pequeño soberano pueda volver a encontrar el reposo y la felicidad que le fueron arrebatados hace un siglo, cuando la tumba fue dada a conocer al mundo.

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