Julián Muñoz consigue la libertad condicional

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Julián Muñoz consigue la libertad condicional - Foto: Álex Zea Europa Press

El exalcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz ha conseguido la libertad condicional. Su letrado, Antonio José García Cabrera, ha estimado que esta nueva situación penitenciaria se hará efectiva previsiblemente a partir de este próximo viernes, una vez sea firme el auto de la Audiencia Nacional por el que se le concede.

Muñoz está en tercer grado penitenciario con una pulsera telemática y depende del Centro de Inserción Social (CIS) Manuel Montesinos de Algeciras (Cádiz). Su abogado pidió la concesión de la libertad condicional, al presentar una "pluripatología grave e incurable", según ratificaron los informes recientes.

Así, el juzgado señala en su resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press, que procede conceder dicho beneficio en virtud de las patologías que presenta, destacando, igualmente, que está realizando labores de voluntariado "a pesar de las limitaciones que impone la pandemia por el COVID".

Asimismo, el magistrado de Vigilancia Penitenciaria indica que el exregidor está realizando pagos referidos a la responsabilidad civil, "detrayéndolos de su pensión de jubilación"; aunque el dinero se está aplicando a las causas que había en la Audiencia de Málaga y no todavía a la de la Audiencia Nacional.

Pero, le concede la libertad condicional con obligaciones, como seguir bajo custodia de un familiar, residir en el lugar que designe, someterse a seguimiento por parte de los servicios sociales penitenciarios, continuar realizando pagos y seguir, asimismo, el voluntariado.

Esta concesión se puede recurrir, aunque el letrado ha apuntado que el fiscal, que sería quien pudiera presentar recurso contra la decisión, no se opuso a la misma, con lo que, previsiblemente, el auto adquiera firmeza este viernes, momento a partir del que la resolución será ejecutiva, según el letrado.

En declaraciones a Europa Press, el abogado ha dicho sentirse "muy satisfecho", aunque ha lamentado que el paso del tercer grado a la libertad condicional ha sido un proceso "de casi seis años" en el que "ha primado más el personaje que la persona, cuando debería haber sido al contrario".

Al respecto, García Cabrera ha recordado el caso Bolinaga, incidiendo en que mientras en esa ocasión "fue muy rápido", en el de Muñoz "no lo ha sido". No obstante, ha insistido en la necesidad de que se tomara esta decisión por la salud que presenta su cliente.