A pesar de la incertidumbre que se vive en todo el país ante el constante incremento de los precios, numerosos estudios de consumo constatan que el espíritu navideño le ganará este año el pulso a la inflación, pero obligará a una mayor reflexión a la hora de hacer la lista de la compra.

De hecho, el 77% de los consumidores ya ha cambiado sus hábitos a la hora de adquirir productos de alimentación frescos para sortear la subida de precios, según el último informe de Aecoc Shopperview, en el que un 57% de los encuestados asegura que ha optado por reducir el volumen de compra.

Según el estudio, titulado El comprador de productos frescos, un 62% de los preguntados asegura que busca ahora más ofertas y promociones. De esta forma, en la búsqueda del ahorro, además de comprar menos cantidad de producto, uno de cada tres encuestados reconoce que prioriza la compra a granel o al corte.

Y unas cifras que ponen el alerta aún más al sector agroalimentario: solo dos de cada 10 compradores de frutas y hortalizas están manteniendo su cesta de la compra. Frente a ellos, un 16% de los consumidores de carne y pescado fresco reconoce que está invirtiendo más en estos productos.

Respecto a las próximas fiestas de Navidad, la encuesta dibuja algunas tendencias como que el factor precio condicionará el comportamiento y dos de cada tres consumidores adelantarán sus compras de carne o pescado para aprovechar ofertas y mejores precios.

El consumo de productos premium, vinculados a estas celebraciones, también se ha tratado en este análisis en el que cuatro de cada 10 consumidores afirman que reducirán el volumen de compra de carne y pescado, pero, a cambio, la mitad comprará productos cárnicos de calidad superior y un 40% hará lo mismo con el pescado.

Además, la conveniencia será otro factor relevante de cara a estas fechas navideñas, ya que un 35% de los encuestados revela que tiene la intención de comprar platos preparados, principalmente de carne, para evitar cocinar durante las próximas fiestas. En líneas generales, el aspecto y el precio son, actualmente, los motivos más importantes para los consumidores de productos frescos, según los datos que expone el informe.

De hecho, el 79% de los consumidores se fija en el aspecto de los productos en el mostrador, mientras que el 76% valora también el coste antes de tomar su decisión de compra. 

En el caso de las frutas y las hortalizas, la población en España valora especialmente que los productos sean de temporada, mientras que en la carne los compradores suelen tener en cuenta la especie animal y en el pescado que el ejemplar sea fresco. El estudio también muestra que los consumidores priorizan este tipo de compra de productos frescos antes que otros formatos. 

Así, nueve de cada 10 encuestados afirman que adquieren frutas y verduras a granel. En el caso del pescado, el 80% opta también por hacerse con el producto expuesto en el mostrador de la pescadería, mientras que un 52% también incluye pescado envasado en su cesta de la compra. Mientras, siete de cada 10 (72%) obtienen la carne al corte, mientras que un 60% también la adquiere envasada refrigerada y congelada (15%).

Además de los cambios provocados por la inflación, el informe refleja que aspectos como la sostenibilidad siguen siendo relevantes: la mitad de los consumidores busca productos frescos de proximidad, mientras que el 32% prioriza alimentos con una producción respetuosa con el medio ambiente.

Tiempos pasados

Según el clásico estudio de hábitos navideños de Deloitte, presentado la pasada semana, la inflación no ha conseguido acabar con el espíritu navideño. No obstante, la socia de esta consultora sobre consumo y distribución, Victoria Larroy, asegura que la subida de precios está moldeando a un comprador «bastante más reflexivo que busca el mejor precio y la ofertas, dedica más tiempo a buscar sus productos y compra lo imprescindible».

Ha pasado el tiempo, asegura, de cuando «se compraba de más y se desperdiciaba», pues las circunstancias obligan a adquirir lo «necesario» y «antes», lo que en el caso de la alimentación se traduce en acudir al súper a por los productos más premium para congelarlos. En definitiva, según sus conclusiones, «el consumidor se va a esforzar para que las cenas navideñas no sufran por la inflación».

La campaña se alarga mientras los presupuestos se reducen y los precios no dejan de subir, una ecuación a la que, de momento, se responde con todo un clásico: buscar, comparar y comprar con tiempo, porque como dice el refrán, «Quien guarda, halla».