Agenda 2030: los grandes desafíos

SPC
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Los objetivos de desarrollo sostenibles que establece Naciones Unidas son una de las estrategias más importantes en las que colaboran 193 países para mejorar la vida de los ciudadanos

Agenda 2030: los grandes desafíos

Si algún tipo de lección se puede sacar de los meses vividos durante la pandemia se podría decir que solo durante los períodos de crisis y en las épocas de recesión económica se percibe una necesidad imperiosa de modificar aspectos fundamentales para cambiar el mundo y corregir aquellos factores que arrebataron el bienestar que existía en la sociedad y que, a medida que les hemos perdido, también les hemos empezado a valorar. 

Tanto la tragedia humana causada por la COVID-19 como la crisis económica que ha generado han concienciado a la ciudadanía en general a construir el futuro sobre bases sostenibles para tratar de recuperar el modo de vida que ha conducido a crisis sucesivas, cada vez más graves, tanto para la economía como para el planeta y, ahora, para la salud.

En este contexto global, la Agenda 2030 de la ONU se postula como una brújula capaz de guiar a las economías de todo el planeta y, sobre todo, presenta la gran oportunidad para cambiar el mundo.

Los expertos aseguran que «ha llegado el momento de elegir entre el miedo y la esperanza». Los grandes retos pueden convertirse en la gran oportunidad para asegurar el desarrollo en este siglo XXI como defienden los 193 Estados que han firmado este tratado en la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015. El documento ofrece las oportunidades de progresar a toda la sociedad en general y, por su parte, a las empresas ser más que un socio colaborador y pasar a ser un agente líder del cambio. 

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), junto con los acuerdos de París de 2015 componen la Agenda 2030 y es un buen ejemplo de las posibilidades que ofrece el multilateralismo, la actuación conjunta de todos los Estados en el marco de la ONU bajo la pretensión de no dejar a nadie atrás.

Las personas ocupan el foco principal de un acuerdo que tiene la pretensión de ser universal. Así, como también, las empresas a las que da un protagonismo indispensable para conseguir este gran desafío.

El documento señala que la actividad empresarial, la inversión y la innovación privadas son los grandes motores de la productividad, el crecimiento económico inclusivo y la creación de empleo así como la mejor fórmula para resolver los problemas relacionados con el desarrollo sostenible.

La ONU considera que contar con una economía de mercado abierta y bien regulada no solo es compatible con una sociedad más justa, sino que es una condición imprescindible para su existencia. Se pueden transformar la economía y los mercados para que sean sostenibles si disponemos de empresas capaces de asociar la rentabilidad económica con la generación de impactos sociales y ambientales positivos para las personas y el planeta.

El enorme impacto que la transformación digital ha tenido en el sistema económico y, en especial, en el empleo ha quedado patente en el desarrollo de los procesos de automatización, el uso de la inteligencia artificial y la robótica, factores de los que se espera que generen importantes beneficios para los ciudadanos, las empresas y la mayoría de las potencias económicas, elevando la productividad y el crecimiento.

La transformación que sufrirá el mundo laboral en esta nueva economía digital debe producirse siguiendo el principio de transformación justa que, como expresa la Organización Internacional del Trabajo (OIT), «se deben orientar los esfuerzos en asegurar una transición justa a un futuro del trabajo que contribuya al desarrollo sostenible en sus dimensiones económica, social y ambiental».

Los 193 Estados firmantes comparten un mismo proyecto basado en cinco pilares: paz, personas, planeta, prosperidad y alianzas.

Uno de los puntos primordiales consiste en dar una respuesta urgente a la emergencia climática con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con la rapidez y la intensidad necesarias para que el aumento de temperatura no supere 1,5 grados con respecto a la época preindustrial.

Los 17 grandes retos de desarrollo sostenible pretenden guiar de manera coordinada la acción mundial colectiva hasta el año 2030 para adoptar medidas que logren acabar con los grandes problemas del planeta como poner fin a la pobreza y a la desigualdad, proteger el medio ambiente, favorecer el desarrollo sostenible y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad sin dejar a nadie detrás.

 

Llamada a las empresas

Las experiencias acumuladas durante las dos primeras décadas del siglo XXI demuestran que el modelo de crecimiento económico actual es insostenible y ha dado lugar a graves crisis financieras, la gran recesión de los años 2008-2012, la emergencia climática y, especialmente, las grandes desigualdades entre países y ciudadanos.

Los objetivos de desarrollo sostenibles que marca la Agenda 2030 muestran una estrategia alternativa de crecimiento a largo plazo, una posibilidad que solo es posible con la implicación de las empresas y su plena identificación como factores principales de un nuevo modelo de desarrollo que convierte los desafíos en oportunidades de negocio.