El sector turístico en España necesita cubrir casi un millón de puestos de trabajo de aquí a 2030, en un entorno en el que, previsiblemente, aumentará la competencia para captar talento y donde la nueva ley de formación profesional puede jugar un papel clave.
«La vigorosa recuperación de la actividad turística en España demanda más trabajadores», asegura el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés.
La afiliación a la Seguridad Social en empleos relacionados con el turismo en junio pasado sumó 2,6 millones de altas, la segunda cifra más alta de la serie histórica solo por detrás de agosto de 2019.
El sector seguirá creciendo a ritmos elevados pero necesita cubrir 900.000 puestos de trabajo de aquí a 2030, según un estudio de la consultora McKinsey & Company.
El ámbito turístico parte de una situación «complicada» derivada de la pandemia, cuando «los elevados niveles de despidos y bajas laborales provocaron una fuga de personal hacia otros sectores», según la consultora, aunque ahora la recuperación es un hecho como muestran las cifras de afiliación.
La elevada demanda de perfiles con formación en turismo y la competencia para captar el talento es la propia de un mercado laboral en expansión, tal y como apunta Fernando Valdés.
Por su lado, el experto en turismo y socio de McKinsey, Javier Caballero, destaca que en este sector el problema es distinto respecto a otros «porque se observa una falta de mano de obra o personal cualificado para cubrir toda esta demanda».
Según las cifras que maneja el secretario de Estado de Turismo, en mayo y junio pasados ocho de cada 10 contratos en hostelería eran indefinidos, una cifra superior a la de ese período de 2019, cuando la ratio se situaba en seis de cada 10.
Al tiempo, tan solo dos años después de la «peor» crisis de la historia para el turismo, se está creando ya más empleo que antes de que comenzase la pandemia de coronavirus y la crisis generada por ella, destaca Valdés.
La digitalización juega un papel principal en este sector, señala el estudio de McKinsey, que afirma que se trata de una de las palancas que puede revolucionar la forma de atraer, formar, gestionar y retener a los empleados. Otros factores a tener en cuenta son la flexibilidad, la actualización de conocimientos y la alineación con los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) como impulsos que se deben aprovechar para resolver el problema de falta de mano de obra.
Formación académica
«En España no existe una estrategia educativa integral dentro del turismo», observa la consultora McKinsey en su análisis, y el socio de la compañía entiende que las empresas deben ofertar puestos de trabajo alineados con lo que buscan las nuevas generaciones.
Caballero explica que lo que falta son prácticas y formación profesional para que «no todo pase por hacer un grado en Turismo» porque «no va a ser tan útil».
Aunque actualmente unas 50.000 personas reciben formación profesional relacionada con el turismo, es preciso establecer una estrategia educativa integral dadas las carencias de mano de obra que se observan en el sector.
En este sentido, la ley de Formación Profesional aprobada el pasado mes de marzo «va a introducir un elemento disruptivo en el mercado laboral», y, en concreto en el turismo «los alumnos podrán tener una inmersión más profunda en la empresa», comenta, por su parte, Valdés.
Para el secretario de Estado, que el sector pueda cubrir las necesidades de recursos humanos que va a tener de aquí a los próximos años dependerá de una combinación de elementos como las condiciones salariales, la flexibilidad y factores como el acceso a la vivienda.
De hecho, la escasez de vivienda para alquilar es una de las razones que explican las dificultades que tienen las empresas para contratar, hasta el punto que algunas compañías ofrecen alojamiento, especialmente en lugares como las islas Baleares, para atraer personal.