Parece que ha pasado una eternidad desde que Quique Setién fuese destituido como entrenador del Barcelona. Fue un 17 de agosto de 2020. Lo cierto es que su etapa como técnico culé no fue nada buena: siete meses, cero títulos y lo que es peor, un 2-8 ante el Bayern de Múnich en la Champions que aún escuece en la afición. El próximo domingo, en La Cerámica, se ve las caras con su antiguo equipo. Parece que no hay ánimo de venganza, al menos así lo aseguró ayer. Pero quizás era de cara a la galería.     

«No es en absoluto un partido especial para mí, sino que es uno más», señaló el cántabro, pero cuesta mucho creerle, sobre todo, porque su estancia fue muy complicada como se pudo ver en un reciente documental y también lo que se ha ido sabiendo a través de diferentes medios de comunicación. Tuvo sus más y sus menos con diversos miembros del vestuario, destacando 'vacas sagradas' como Gerard Piqué y el mismísimo Leo Messi.  

Solo hay que coger la hemeroteca para hacerse una idea de lo que tuvo que sufrir el actual preparador del Villarreal, que, tras un inicio titubeante (la afición llegó a pedir su 'cabeza'), ha vuelto a ilusionar a la parroquia amarilla con una buena racha de juego y resultados, incluyendo una victoria en Liga ante el Real Madrid. 

«El Barça no me ha indemnizado, ni me ha ofrecido nada. Ni siquiera me han llamado para decirme que estoy cesado», confesó Setién en una cadena de radio el 1 de diciembre de 2020. Tenía un año más de contrato con el club, pero la junta presidida por Josep María Bartomeu decidió relevarle por Ronald Koeman después de la derrota en los cuartos de final de la Liga de Campeones sin llegar a un acuerdo económico. Por eso mismo, les denunció un mes antes de esa entrevista.

Un año después, el que fuera técnico del Betis llegó a un acuerdo con la cúpula blaugrana y no hubo necesidad de ir a juicio: cuatro millones de euros en pagos fraccionados. 

Hace tiempo, se filtró a los medios la carta de despido del club. En ella se le acusaba de no haber cumplido con las promesas que hizo a su llegada respecto al estilo de juego y el uso de la cantera. Además, añadía que «es público y notorio su falta de liderazgo en el equipo al ser el segundo entrenador quien parecía dirigir los partidos y los entrenamientos y no usted».

Mal recuerdo

Aunque bien es cierto que ya no está Bartomeu como máximo responsable de la entidad catalana, tiene Quique Setién la 'espinita' clavada de que no pudo hacer las cosas como él quería, dejando un pésimo recuerdo entre los aficionados azulgrana.

Quizás las heridas se hayan cerrado, por eso muestra cierta indiferencia el santanderino, de 64 años, que piropea abiertamente al conjunto culé:«Es un equipo que a mí siempre me ha gustado, no engaño a nadie. Todos sabemos que la filosofía del Barcelona con entrenadores como Xavi siempre me ha gustado y soy un gran admirador. Pero ahora vamos a enfrentarnos a ellos y vamos a buscar ponernos a su altura, a hacer un gran partido y a ganarlo».

A su juicio, la escuadra que comanda está preparada y tiene muchas opciones de ganar el partido, aunque son conscientes que juegan ante un rival «extraordinario».

«Sin duda ganar a un equipo como el Barcelona y al líder recuperaría las sensaciones del equipo», señaló. Y también saldaría deudas pendientes.