En algunos puntos del país aún se notan los coletazos que ha dejado el paso de la ya famosa e histórica borrasca denominada 'Filomena'. En Navarra, se sintió especialmente en la Ribera con espesores de hasta 20 centímetros, un escenario que no se vivía en el sur de Navarra desde los años 80. El físico y delegado de AEMET en Navarra, Peio Oria, afirma en el programa 'Cara a cara' de Navarra TV que "no creo que haya que esperan 50 años para ver este tipo de fenómenos excepcionales en la Comunidad foral". 

"Preocupa la tendencia extrema por el cambio climático"

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Con el cambio climático lo "preocupante es que aumenten los fenómenos extremos, por ejemplo, que llueva menos y haya periodos muy secos con un espacio de tiempo que se vea interrumpido por lluvias torrenciales súbitas", confirma. Este panorama "no solo se presenta en la Comunidad foral" sino de manera global. 

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"Pasamos de un fenómeno extremo a otro en cuestión de días"

"El modelo de predicción de Filomena se iba confirmando conforme iban pasando los días, sin embargo, no te lo acabas de creer, ya que muchas veces sobrealertamos", explica Oria. Pero esta vez se cumplió y hasta "nos quedamos cortos en algunos puntos del país", admite. "Esto es muy excepcional, aunque en Navarra no se ha llegado a la situación de colapso". El delegado de AEMET en Navarra destaca que "estamos pasando de un extremo a otro en cuestión de días, de una nevada histórica a temperaturas extremas este jueves y viernes, alcanzando 17 grados en Pamplona, una cifra que se acerca al récord en enero, con 19 grados". 

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"Este fin de semana no habrá crecidas de los ríos navarros"

Preguntado sobre estas altas temperaturas para los próximos días, el físico asegura que "no hay probabilidades de deshielo ni crecidas en los rios, ya que solo queda nieve en el Valle de Roncal y Salazar ". Por lo tanto, no corren peligro los caudales navarros. Uno de los fenómenos temporales que más ha impactado a Peio Oria fueron las graves inundaciones que azotaron a la zona del río Cidacos el pasado 8 de julio de 2019. "Fue lo más extremo que he vivido, una inundación repentina que provocó la subida del caudal del río en más de 3 metros en un periodo muy corto de tiempo, este tipo de fenómenos se nos escapan de las prediciones", admite. En la misma línea, Oria subraya que " más allá de dos meses las proyecciones de los modelos predictivos se desdibujan", concluye.