El PP mira a Moncloa un año después de la salida de Casado

Agencias
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Los conservadores descartan echar la vista por el «retrovisor» pero señalan que las puertas de la formación estarán siempre abiertas para el que fuera su presidente durante casi cuatro años

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoó, en un acto en Las Palmas de Gran Canaria. - Foto: Ángel Medina G.

Un año después del adiós de Pablo Casado como líder del PP, la formación conservadora mira al futuro y, con el objetivo claro de desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa, pone rumbo a toda máquina hacia el 28-M. Y es que, para los populares, echar la vista por el «retrovisor» y enredarse» en cuestiones de entonces es improductivo, aunque aseguran que la puertas del partido están abiertas para el que fuera su presidente durante casi cuatro años pues ha sido una persona «muy relevante» en Génova, 

Ese fue el discurso que lanzó ayer el portavoz del comité de campaña del PP, Borja Sémper, al ser preguntado expresamente sobre si habrá una rehabilitación de Casado. «Las puertas de esta sede están absolutamente abiertas a él y a cualquier otro militante. Singularmente a él, porque ha sido presidente de este partido y es una persona muy relevante y muy importante para nosotros también. Y con la naturalidad con la que se lo digo, así lo afrontaremos en el futuro», declaró tras la reunión del comité de dirección que presidió Alberto Núñez Feijóo.

Según el político vasco, el partido está «unido» y tiene «ilusión» en este momento, como recogen los datos demoscópicos y las encuestas que se están publicando. «No miramos por el retrovisor sino que miramos al presente y al futuro de este partido», enfatizó.

Feijóo lidera hoy un PP «unido e ilusionado».Feijóo lidera hoy un PP «unido e ilusionado». - Foto: Mariscal (EFE)En este sentido, indicó que están tomando el «pulso de la calle» y ven que la «voluntad de cambio» de la sociedad es «inequívoca» y quieren responder con «rigor, altura de miras y profesionalidad a esa necesidad». «Por tanto, miramos a futuro», abundó.

En cuanto a si el PP de Feijóo descarta la participación de Casado en actos de la campaña electoral de este 2023, Sémper fijó esa posibilidad para más adelante. «Esto espero que podamos ir viéndolo y confirmándolo a lo largo de los próximos meses y con toda la absoluta naturalidad», apostilló, para insistir en que «todo el mundo tiene las puertas abiertas» en Génova y contarán «con todo el mundo».

Mensajes de apoyo

En una jornada en la que los medios pusieron el foco en el aniversario de la gran crisis que vivió la principal fuerza de la oposición hace un año, algunas de las voces autorizadas del partido evocaron lo ocurrido. Fue el caso de la secretaria general del PP y portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, al admitir que la formación vivió momentos «muy complicados» aunque destacando que entonces tomaron decisiones «rápidas» para ser hoy la única «alternativa» de la mano de Feijóo.

«Fueron momentos muy complicados para todo el PP pero creo que hicimos lo que teníamos que hacer y, sobre todo, actuamos rápido y hoy los españoles tienen un partido que está centrado solo en sus problemas», declaró en una entrevista radiofónica.

Al ser preguntada si habría preferido no escribir el mensaje que envío a Casado apoyándole por la claridad de su entrevista en la Cope el 18 de febrero de hace un año y que acaba de difundir un medio nacional, Gamarra evitó ahondar en eso y señaló que ya dieron «todas las explicaciones oportunas» y los españoles «saben la profunda crisis en la que estuvo el PP hace un año».

En aquella entrevista radiofónica, Casado cuestionó que «cuando morían en España 700 personas», se pueda «contratar con tu hermana y recibir 300.000 euros de beneficio por vender mascarillas», en alusión al contrato para la compra de mascarillas que adjudicó la Comunidad de Madrid con la empresa Priviet Sportive con la que el hermano de Ayuso mantenía relaciones comerciales.

También la propia presidenta madrileña habló de lo sucedido, pero para mostrar su desinterés al respecto porque, como destacó, «agua pasada no mueve molino».

Hace justo un año se preparaba una manifestación a las puertas de Génova que reunió a unas 3.000 personas al grito de Casado dimisión o Ayuso presidenta. La movilización marcó un punto de inflexión y certificó el fin de liderazgo del palentino, cuyo equipo más fiel defiende su legado y elude la autocrítica 12 meses después.