La espera para la histórica cita del miércoles 1 de marzo se acaba. Las esperanzas y la ilusión aumentan con el paso de los días. Arrasate y sus pupilos tienen un objetivo: encarrilar la eliminatoria delante de su afición para rematarla en Bilbao un mes después.

La derrota ante el Real Madrid el pasado sábado empañó un buen trabajo de la plantilla rojilla, quien mantuvo a raya a los blancos durante gran parte del choque. La ley del más fuerte se acabó imponiendo y los rojillos se fueron de vacío a sus casas. Premio nulo sobre lo visto en el verde.

Fue el quinto encuentro consecutivo en liga sin vencer. La inercia vencedora de haces meses se ha parado y Osasuna suma tres empates y dos derrotas desde que venciese al Mallorca el 14 de enero. Ha pasado más de un mes y el equipo ha perdido la pólvora necesaria para ir sumando puntos a su casillero.

Dos goles en estos cinco partidos es el pobre bagaje anotador. Ante el Atlético, Valladolid y Real Madrid, el equipo se quedó a cero. Chimy Ávila, en Elche y Budimir, ante el Espanyol, han sido los únicos futbolistas en poder celebrar algo sobre el césped.

La baja de Ávila ante los merengues por acumulación de tarjetas restó potencial a su equipo. Volverá a la titularidad en Sevilla para tratar de hincar el diente a un rival del que guarda un grato recuerdo.

El pasado 25 de enero, los de Sampaoli visitaban El Sadar en los cuartos de final de la Copa. El Chimy abrió el marcador con una espectacular acción en el minuto 70 plagada de pillería y calidad, y así abrir el camino hacia las semifinales.

Esta gesta ocurrió hace menos de un mes, por lo que Osasuna tiene aprendida la lección de cómo entrarle al Sevilla. Será importante a la hora de recuperar sensaciones para llegar a la cita ante los leones como motos.