Pese a la pandemia la misa en honor a San Francisco Javier no ha faltado a su cita. Una liturgia diferente, que ha homenajeado a los profesionales que hacen posible cada año las Javieradas.
La habitual misa multitudinaria se ha tenido que concentrar en la capilla del Castillo de Javier, con sólo 60 invitados a causa de las restricciones por el coronavirus. Una pandemia que, tarde o temprano, acabará.
Una jornada sin peregrinación oficial, pero que ha servido para transmitir la palabra y los actos del santo navarro.