Los hechos se conocieron con la llamada de un allegado, quien informaba de las intenciones de un varón de 45 años.

Hasta el lugar se movilizaron patrullas de seguridad ciudadana, que fueron previamente recabando información del implicado, a quien ya le constaba una tentativa autolítica.

Mientras se desplegaban agentes para asegurar las inmediaciones, un negociador de la Policía Foral entabló conversación telefónica durante 30 minutos con el hombre.

Una vez en el lugar se comprobó que la nave estaba cerrada con llave, si bien el negociador consiguió que abriera la puerta y observó a una persona con una escopeta en su mano. Gracias a sus técnicas persuasivas logró que desmunicionara el arma antes de dejarla en el suelo y alejarse de ella.

En ese momento una patrulla de respuesta inmediata accedió a la oficina y sin usar la fuerza controló a la persona, que accedió a las instrucciones policiales y confesó a los agentes su intención por acuciantes problemas personales y económicos.

Finalmente fue trasladado al Complejo Hospitalario de Navarra en ambulancia escoltada con el fin de que fuera valorado médicamente