Los Encuentros de Pamplona 72-22, que proponen una nueva visión del arte como lo hizo la iniciativa de hace 50 años a la que homenajean, afrontan una nueva jornada con citas que abordan la reflexión sobre la actualidad desde las disciplinas del intercambio de opiniones en un diálogo, la música y el cine.

Lo han puesto de manifiesto sus protagonistas en rueda de prensa, donde la compositora mexicana Hilda Paredes -quien esta tarde será entrevistada en público por el compositor Fabià Santcovsky- ha valorado que esta iniciativa pamplonesa es "una expresión actual" de analizar los "debates humanitarios, sociológicos y políticos" del presente.

LA MÚSICA DE HILDA PAREDES

Ella misma aporta "Juegos prohibidos", una obra que es "casi un estreno porque se ha grabado pero nunca se ha interpretado en concierto" y que se podrá escuchar este lunes en Baluarte, y que fue escrita cuando hace un tiempo saltó a la actualidad la situación de niños separados de sus padres e internados en centros de detención en la frontera estadounidense.

Es una obra para clarinete, celo y piano que "hace referencia a estas infancias quebradas por estas experiencias, y se refiere también al mundo en el que estamos viviendo", ha dicho la compositora, una referencia internacional en la música contemporánea.

La partitura incluye reminiscencias a dos piezas de música tradicional mexicana, una canción de cuna y otra que se canta cuando los niños rompen la piñata, aunque en la integración en su partitura son dos melodías que en un momento determinado "se rompen", en consonancia con las vivencias de estos niños separados de sus padres.

Preguntada al respecto, Paredes se ha mostrado convencida de la potencia de las artes en el mundo: "La música tiene un gran poder. Yo creo en el poder de la música, que puede entrar a un universo muy profundo y muy humano", ha dicho para valorar por tanto que "darle un lugar en encuentros como este es muy importante porque puede abordar niveles que no son conceptuales pero sí perceptibles si tenemos los oídos abiertos".

EL CINE DE PAZ ENCINA

También de profunda reflexión está hecha la película "Hamaca paraguaya" de Paz Encina, una cineasta nativa de este país en el que se crió sin referentes cinematográficos porque en su infancia y adolescencia "lo único que se hizo fílmico en Paraguay fue filmar al dictador", ha dicho la artista, que creció en una familia de opositores al régimen con un padre que "estaba preso todo el tiempo".

En esas circunstancias, "mi primera alfabetización fue la música y eso marcó mi alfabetización. Aprendí a leer el tiempo antes de leer y escribir letras" ha dicho para explicar que los largos planos-secuencia de su cinta "tienen que ver con el sonido. Si algo nos enseña la música es que los tiempos conviven, como en uno mismo, que uno es todo lo que ha vivido".

La cinta que se podrá ver este lunes en la Filmoteca de Navarra es "una película que ha sido muy generosa conmigo", filmada en guaraní y que se rodó cuando Encina, finalizada la dictadura se preguntó sobre "quiénes y cómo somos en Paraguay".

La acción de la película se sitúa en 1935, cuando una pareja de campesinos esperan en un pequeño pueblo el regreso de su hijo que se marchó a la guerra del Chaco. La soledad, el silencio y la incertidumbre acompañan el tiempo de la espera.

Desarrollada a partir de un cortometraje, la cinta choca con el "ahora todo, ahora ya" que se desea en la actual sociedad occidental, pero que el público contemporáneo acoge porque "creo que cuando se ofrece un espacio distinto, se acepta", ha dicho convencida de que esta película "ha sido muy generosa conmigo".

LA MÚSICA CON E7.2

Por otro lado, el grupo de artistas E7.2, han valorado su participación en los Encuentros de Pamplona, con la interpretación musical de obras de Luis de Pablo ("Oculto", estrenada ayer), de Hilda Paredes, José María Sánchez Verdú, Teresa Catalán y Tomás Marco (concierto de esta tarde) y su iniciativa "Cajas a la deriva", un hecho artístico de calle que llevan a diferentes escenarios de la ciudad y en el que también se abren a la participación ciudadana.

Como sucedió con las cúpulas diseñadas por José Miguel de Prada Poole para los Encuentros de Pamplona del 72, las Cajas a la Deriva de E7.2 son elementos visuales y prácticos de la utilización de la calle para buscar nuevos espacios para el arte, en una iniciativa con músicos profesionales pero que evoluciona y se coloca a merced de los espectadores.

Las cajas se colocan en un lugar muy visible de la ciudad y en su interior viajan elementos y conceptos que son la traducción al mundo artístico (música, artes plásticas, teatro o danza) de los interrogantes actuales que maneja la sociedad, aportados por otros artistas también como la escenógrafa Ana Maestrojuan o la diseñadora Edurne Ibáñez.

Pilar Fontalba, Pablo Ramos y Ramón Souto han valorado el "feed back" percibido hasta ahora en las actuaciones, acogidas como mínimo "con curiosidad" por los pamploneses, en "un proyecto abierto que se desarrolla en el tiempo", ha dicho el gallego, quien ha subrayado su "felicidad" por haber hallado en E7.2 "unos músicos tan permeables y dispuestos al juego".