Un aliado inesperado en la lucha contra los incendios

Teresa Díaz (EFE)
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La tecnología, en forma de satélites internacionales o de redes sociales, se ha convertido en una herramienta esencial para la Guardia Civil a la hora de investigar el origen de las llamas

Los incendios se convierten en el principal enemigo de los espacios naturales cada verano. El pasado estío, el más grave fue en Almonaster La Real (Huelva), que se llevó por delante más de 12.000 hectáreas. - Foto: GONCALO DELGADO

La investigación de los incendios forestales avanza con las nuevas tecnologías. Los satélites y las redes sociales se han convertido en aliados de la Guardia Civil para afrontar la lucha contra las llamas, un combate en el que este verano, como cada año, implicará a todo su personal, casi 80.000 efectivos.

Para la Benemérita, la prevención de incendios forestales es una prioridad que se plasma en la intensificación que lleva a cabo en la campaña de verano, que comenzó el día 1 y se prolongará hasta finales de octubre, señala un comandante de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (Ucoma).

Según los datos provisionales del Ministerio para la Transición Ecológica, en 2020 se registraron 7.745 fuegos, de los que 19 fueron grandes incendios. El mayor fue el que se produjo en Almonaster La Real (Huelva), que arrasó más de 12.000 hectáreas.

Una mujer fotografía dos hidroaviones que participan en la extinción de un fuego en Galicia.Una mujer fotografía dos hidroaviones que participan en la extinción de un fuego en Galicia. - Foto: ELISEO TRIGO¿Son muchos o pocos? «Al final lo que importa es que un incendio forestal tiene una gran afectación no solo para el medio ambiente sino también para la población, ya que puede provocar desalojos de zonas habitadas y, además, ocasiona importantes daños materiales», subraya el comandante.

En la primera parte del año, el Instituto Armado centra sus esfuerzos en la Cornisa Cantábrica, donde por actividades tradicionales vinculadas a la ganadería y la agricultura suele haber más riesgo de incendio. En verano, la vigilancia se extiende a todo el territorio nacional ya que en esta época los fuegos están directamente relacionados con la climatología. No obstante, el foco se pone principalmente en los parques nacionales y en los espacios protegidos por su alto valor ecológico y su singularidad, precisa el comandante.

El año pasado se desarrollaron hasta 100.000 servicios de prevención, es decir, tareas de vigilancia que consisten en patrullar zonas boscosas, montes, etc., en base a estadísticas que se elaboran con datos de años anteriores.

El Parque Natural Baixa Limia Serra do Xurés, en Orense, ha sido pasto de las llamas desde el viernes, cuando se declaró un fuego en la zona. El Parque Natural Baixa Limia Serra do Xurés, en Orense, ha sido pasto de las llamas desde el viernes, cuando se declaró un fuego en la zona. - Foto: Carlos CastroLos primeros en llegar

Cuando la prevención no ha podido evitar el incendio y las llamas empiezan a arrasar una determinada zona, la Guardia Civil suele ser la primera en llegar. Su labor consiste en perimetrar la zona, acotar los accesos al lugar de la emergencia para que no entre nadie que no esté autorizado, ayudar en las tareas de evacuación y, por su conocimiento del terreno, guiar a los medios de extinción hasta el frente del fuego.

La prioridad es impedir que se produzcan víctimas mortales y tratar de que haya los menos daños.

El instituto armado se centra en los fuegos que tienen trascendencia desde el punto de vista policial y el año pasado investigó unos 3.000. El comandante reconoce que esta investigación es de las más complicadas, ya que al haber ardido la escena del crimen dificulta la posibilidad de obtener pistas.

El Ucoma cuenta con un grupo específico dedicado a investigar estos fuegos. Se encarga de recopilar datos con los que elabora una estadística que se difunde a todas las unidades y sirve para elaborar la orden de servicio. Además, hace de enlace con otros organismos e investiga los casos más relevantes.

«Actualmente se utiliza toda la tecnología al alcance, desde imágenes por satélite hasta las redes sociales, para recabar indicios que al sumarlos permitan imputar el hecho al autor porque rara vez o casi nunca se tiene la prueba directa, que es ver a la persona que ha provocado el fuego intencionadamente», explica. Una herramienta «muy útil» es el satélite Copernicus de la Unión Europea, que de por sí capta imágenes de la península y que, en caso de incendios, realiza «un seguimiento específico proporcionando imágenes de la evolución del fuego y da referencias muy concretas de cómo se ha podido originar».

Pero también las redes sociales ofrecen muchísima información. «Muchas veces, antes de activar el operativo, un ciudadano graba el incendio y lo cuelga en Twitter. Ese vídeo de los instantes posteriores a que se haya iniciado el fuego es fundamental. Nos da mucha información y ayuda mucho», reconoce.