Serafín Zubiri interpretó en los prolegómenos del encuentro el himno del centenario. Fue todo el espectáculo que se vio en el estadio de El Sadar en una fecha tan señalada. Osasuna y Athletic de Bilbao protagonizaron un encuentro escaso de ocasiones de peligro en la que se notó la falta de pólvora en ambos contendientes y que se resolvió desde los once metros con un penalti cometido sobre Barja y transformado por Rubén García.

Como viene siendo habitual, imposible acertar el once de Arrasate. El técnico vizcaíno se decantó por un doble lateral en el flanco derecho con Roncaglia y Nacho Vidal siendo éste el futbolista más adelantado, centrando la posición de Rubén García junto con Enric Gallego como único nueve. Cruz volvió al lateral izquierdo con Jony por delante. Íñigo Pérez y Oier formaron la dupla en la medular.

La primera parte apenas tuvo ocasiones de peligro. Al cuarto de hora de encuentro, Berenguer tuvo un buen acercamiento en el que tuvo que intervenir Herrera. Al burgalés no se le volvió a ver hasta el 42 cuando desvió una falta de Unai López. La mejor ocasión de un inofensivo Osasuna fue un disparo directo de falta de Íñigo Pérez que se marchó ligeramente desviado. La peor noticia fue la lesión de Aridane en el 27 tras una dura entrada de Raúl García sobre el central canario. Unai García salió en su lugar.

Salto entre Raúl García y Aridane antes de la lesión del central canario - Foto: LaLiga

El partido se reanudó sin cambios durante el descanso. Rubén García erró en un intento de volea a los cinco minutos. Justo después, Oier vio la amarilla por una acción sobre Berenguer que el árbitro dejó seguir. Unai García estuvo providencial al evitar un remate de Williams tras un centro lateral en el 58. La jugada más peligrosa de los visitantes fue en el 61 cuando Raúl García remató, en llegada desde segunda línea, un centro desde la izquierda. Herrera recogió el balón que no llegó a alcanzar la meta rojilla porque el zizurtarra perdió fuerza en la caída del salto.

Sin apenas peligro en un partido paupérrimo en ocasiones, a diez minutos para el final llegó la jugada que marcaría el encuentro con un penalti evitable de Capa a Barja, que había salido junto con Adrián hacía escasos segundos. El lateral visitante derribó claramente al canterano cuando éste controlaba con el pecho dentro del área. Sin Torres sobre el césped, Rubén García asumió la responsabilidad. El valenciano engañó a Unai Simón con la dirección de su disparo para transformar la pena máxima y adelantar a su equipo. Segundo tanto del ‘joker’ rojillo que ya vio puerta en el estreno liguero en Cádiz.

Como durante el partido, no hubo más ocasiones en un partido trabado, feo para el espectador pero con el que al menos pudo dar una alegría a la afición en un día tan especial.

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