A los duros efectos que ha supuesto la crisis económica provocada por la pandemia y al freno de la recuperación que representa el efecto de la guerra en Ucrania, hay que añadir en España una inflación desbocada, que cerró marzo en el 9,8% a niveles de hace 30 años, así como una subida del euríbor que desde el pasado mes de diciembre ha encarecido las hipotecas en casi 400 euros anuales, lo que representa un nuevo disgusto para los hogares.

El euríbor está actualmente disparado. El índice ha roto todas las previsiones de los expertos ante la perspectiva de una posible alza de tipos del BCE y ha entrado en positivo mucho antes de lo esperado, lo que significa una mala noticia para los bolsillos de las familias que este año verán incrementada su cuota a medida que les vaya revisando el banco su crédito. 

La razón principal de la fuerte subida del referencial es básicamente la inflación, que está descontrolada con un 7,5% en la zona euro a cierre del pasado marzo desde el 5,9% de febrero y un 9,8% en España por los altos costes de la energía, la escasez de materias primas y, finalmente, por las consecuencias de la guerra de Ucrania. Si no baja en los próximos meses, el BCE se verá obligado a aumentar sus tipos de interés para contenerla, de hecho, Luis De Guindos ya ha anunciado que no descarta hacerlo a partir del próximo mes de julio como ya ha realizado la Reserva Federal de EEUU que también ha avanzado que es un tema que está sobre la mesa de la próxima reunión de mayo. 

 El euríbor a 12 meses, principal índice de referencia para calcular las cuotas de las hipotecas a tipo variable, se está incrementando con fuerza al calor de la posible subida de los tipos oficiales de interés y, en esta línea, el pasado 12 de abril cotizó en positivo por primera vez en seis años, continuando así una tendencia alcista que comenzó hace cuatro meses cuando marcó su mínimo histórico en el -0.518%. 

Fuentes del mercado financiero estiman que el indicador podría acercarse ya alrededor del -0,02%. Esto significa que los préstamos hipotecarios que se revisen ahora sufrirán un aumento de las cuotas que, según los economistas, puede ascender de entre unos 300 euros a 600 euros de media al año.

Así, para un crédito vivienda medio de 150.000 euros con un plazo de 25 años y un interés de euríbor más un diferencial del 1%, tomando la media mensual del -0,02%, la letra pasará de 533 euros a 564 euros al mes, lo que equivaldría a 368 euros más al año. En el caso de un montante medio de 200.000 euros, la cuota mensual se incrementará de los 711 euros a los 752 euros, es decir, que el hipotecado pagaría unos 614 euros más al año.

En España, el 80% de las hipotecas están referenciadas al euríbor con créditos a tipo variable y el resto a un interés fijo. Los clientes ligados al euríbor son unos cuatro millones de personas que adeudan a sus entidades unos 400.000 millones de euros de saldo vivo, según el Banco de España.

Las condiciones de las hipotecas se revisan una vez al año o al trimestre y, para establecer la cuota, el banco toma el último valor publicado del euríbor para calcular el interés que se aplicará hasta la siguiente actualización. Así, si el índice ha subido respecto a la anterior revisión, el interés será más alto y el hipotecado pagará unas cuotas más caras. En cambio, si baja, se aplicará un tipo menor y las mensualidades se abaratarán».

Incertidumbre

La actual situación está provocando que los hipotecados se planteen negociar sus créditos a tipo fijo en un contexto de incertidumbre difícil de hacer previsiones fiables sobre el comportamiento del euríbor para este año y los siguientes, aunque los economistas aseguran que no debería quedarle ya mucho recorrido al alza y podría terminar 2022 alrededor del 0,2%, pero todo depende de la inflación y como se la tome el BCE.