Un equipo de Navarra Televisión se ha desplazado hasta la muga navarra ante el drama de la inmigración que se vive en dicha zona. Imágenes en exclusiva de nuestros compañeros que, con el buen tiempo, ven cómo se acentúa todavía más la llegada de migrantes. Unas personas que luchan por una nueva vida y que ya antes de alcanzar territorio navarro acumulan un largo periplo de kilómetros y diversos peligros desde sus lugares de origen.

La ruta migratoria hacia Francia se ha intensificado. Y lo que también ha aumentado son los fuertes controles de Francia, que impiden el paso de personas migrantes y que quedan atrapadas en Irún. Las mafias aprovechan para hacer negocio y en muchas ocasiones les engañan dejándoles en territorio navarro, diciéndoles que es el país galo. Ese es el caso de tres migrantes subsaharianos, portando una bebé de 5 meses. Saltan a la autopista que une Irún con Francia para poder acceder al país francés burlando los fuertes controles policiales de la gendarmería francesa, que después les devuelven constantemente a la ciudad guipuzcoana.

El viaje que recorren hasta llegar a España dura años, está lleno de peligros y la mayoría se enfrentan al mar subidos en una patera. Pero lo que muchos no saben es que en su trayecto hacia Francia les queda un último muro todavía más difícil de sortear: el férreo control de la gendarmería francesa.

El drama de la migración en la muga navarra con Francia

Por eso son varias las personas que intentan llegar al país vecino cruzando el Bidasoa, un río aparentemente benévolo que ya se ha tragado a cuatro personas. Otros optan por vías clandestinas, ferroviarias o el propio monte. Conseguir cruzar la frontera no es sinónimo de victoria, a menudo son interceptados por la policía francesa y son devueltos a Irún.

Es lo que le pasó a Suleyman, este joven senegalés consiguió llegar hasta Nimes, pero fue devuelto. Después de varios intentos de cruzar a Francia ha decidido quedarse en Irún. Aquí recibe ayuda y asesoramiento de Irungo Carrera Sardas, la agrupación de personas voluntarias que ha creado una auténtica red de apoyo a estas personas migrantes. Cada mañana, delante del ayuntamiento, colocan una oficina para asesorar a las personas que acaban de llegar a la ciudad guipuzcoana.

El vecindario de Bera también intenta ayudar a las personas migrantes que aparecen en sus parajes. Una de esas personas, Mohamed, ha encontrado trabajado en las Ventas de Ibardin y nos cuenta que su sueño es poder quedarse a vivir ahí.