Una serie aburrida y deslavazada

Pablo de Carlos
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Los seguidores de la Masa se llevarán una desagradable sorpresa con 'She Hulk:abogada Hulka', que intenta copiar como puede a Ally McBeal

Una serie aburrida y deslavazada

She Hulk: abogada Hulka no es una serie más de superhéroes. No esperen acción espectacularidad y el efectismo que el género nos tiene acostumbrados. Y es que esta ficción de Disney + es realmente una ligera, amable y doméstica de aceptación y cotidianidad de su protagonista para con su nueva condición de superheroína. 

Jennifer Walters es una abogada soltera, tímida y muy profesional que cree en la justicia. Sin embargo, su vida dará un giro cuando, en un accidente de coche con su primo Bruce Banner, recibe el contacto de la sangre de este que la convertirá en Hulka, una mujer verde de dos metros de alto y con las mismas características (o más) que las de su familiar. Eso sí, mantiene en todo momento su personalidad. 

A partir de ahí, tendrá que conciliar su nueva situación con el ejercicio de su oficio, la Abogacía, ya que reniega de la condición de superheroína como le insinúa Hulk. Ello la llevará a convertirse en la letrada de los superhéroes, por lo que personajes como Abominación o Wong serán algunos de sus representados. Todo ello mientras intenta poner orden en su deslavazada vida personal y amorosa.

En cierto modo, la protagonista es tratada como una especie de Ally McBeal verde en unas situaciones legales de lo más peregrinas. Intenta tirar de un humor que, en ocasiones, más que hacer gracia da vergüenza ajena (como ver a Hulka perreando). Las propias situaciones que plantean algunos de los episodios son totalmente anodinas y hace que la serie pierda interés para un espectador que no sabe realmente adonde quiere ir a parar una trama demasiado centrada en la cotidianidad de la protagonista, en sus problemas de encontrar pareja en la que de nuevo al género masculino se le deja mal parado… o incluso hay capítulos que apenas aportan nada a la trama principal... si es que la hay. 

También llama la atención que no haya un villano o villana en condiciones. Parecía que Titania, una influencer con superfuerza obsesionada con Hulka, le iba a dar la réplica... pero es que se va diluyendo sin motivo aparente hasta que desaparece para alivio de los espectadores. Luego llega una web, Intelligent, cuyo creador, KingHulk, amenaza a la abogada, pero, de repente... Yno podemos seguir hablando de él porque la poca gracia que tiene nos la cargaríamos.

Quien conoce los cómics de John Byrne, que es de donde más inspiración coge la serie, entenderá algunas cosas que, de otra manera, no encontraría lógica alguna, por lo que sería más que recomendable leer la novela gráfica o, simplemente, no hacerse muchas ilusiones con el producto. 

No esperen conexión o una explicación lógica al contenido de los nueve capítulos. Es un viaje a ninguna parte. Una sitcom divertida que se ríe de todo y de todos empezando por la propia infraestructura de Marvel, sus tramas, sus contenidos… que incluso como metahistoria puede resultar curiosa y original. Es un alegato, además, contra los críticos tóxicos. 

Final emocionante

En definitiva, me parece una serie correcta como comedia de usar y tirar, pero que falla a la hora de mostrarse como una ficción de superhéroes. Es una adaptación fiel al espíritu cómico que podría tener el personaje sin aportar nada a la infraestructura del Universo Marvel salvo esa escena final muy a lo Fast and furious en el que se reúne toda la familia Banner: se presenta a la pareja que, finalmente, ha encontrado nuestra protagonista tras muchas decepciones a lo largo de la serie y aparece Hulk con una sorpresa añadida… pero ¿justifica todo ello una serie de nueve capítulos a cada cual más anodino e intrascendente? 

La propuesta de Disney + la disfrutarán los seguidores de Byrne y los que lo pasen bien con esos chistes y gags de humor interno de la compañía, pero decepcionará a quien busque algo serio o un mínimo de narrativa.