La misa oficiada por el arzobispo Francisco Pérez en la explanada del castillo de Javier ha supuesto el final a la primera de las Javieradas de 2022, celebración en la que la presencia de peregrinos ha sido sensiblemente inferior a otras anteriores.

La última Javierada, el primer fin de semana de marzo de 2020, ya que la pandemia obligó a suspender la segunda de ese año y las dos de 2021, congregó en esta jornada a 5.400 personas ante el castillo de Javier, mientras que hoy la cifra facilitada por la Policía Foral indica que han sido 3.550, lejos de los 9.000 peregrinos que se dieron cita en 2019, último año no afectado por la covid.

Sin embargo ayer por la tarde la misa de acogida al peregrino reunió en la explanada del castillo a 5.620 personas, con cálculos también de la Policía Foral, una cifra en ese caso superior a la última de referencia de 2020, cuando se contabilizaron 4.000 peregrinos.

Esta mañana el arzobispo Francisco Pérez se ha referido en su homilía a esta "Javierada ansiada y deseada por todos" y al sufrimiento en Ucrania, Mali o cualquier otro lugar del mundo, para asegurar que "Dios no ha venido a suprimir el dolor, ni siquiera a explicarlo", sino que "ha venido a llenarlo con su presencia".

"La tribulación y el sufrimiento nos lleva a formular: "¿Por qué existe el dolor?" y esa "es una pregunta a la que no sabemos dar una respuesta según piden nuestras categorías racionales", ha dicho, por lo que ha invitado a hacer otra pregunta distinta: "Si el sufrimiento existe ¿qué sentido se le da al dolor?".

Y al respecto ha advertido de que "una de las grandes ausencias que el ser humano sufre hoy, es la falta de conciencia de la trascendencia. Viviendo solamente de lo inmanente no se logra dar respuesta a todas las preguntas y menos aquellas que son las más existenciales".

Por eso, tras subrayar que San Francisco Javier "en su misión llevaba dos secretos: El Evangelio y la Cruz de Cristo", el arzobispo ha asegurado que "el sentido profundo de cada dolor o sufrimiento está asumido desde la Cruz por Jesucristo".

Ha invitado además en esta Cuaresma a "vencer la prepotencia, el egoísmo, el encanto de los vicios y el vestido de la soberbia", al tiempo en que ha confiado en que ayude a "poner más a tono nuestra vida" el año Jubilar de San Francisco Javier ahora iniciado por concesión del Papa para las diócesis de Pamplona y Tudela, con motivo del 400 aniversario de la canonización del patrón de Navarra.

Con el final de la misa ha llegado el momento de comenzar a desactivar hasta el próximo fin de semana el dispositivo que acompaña a estas peregrinaciones para la seguridad y atención de los caminantes y el control del tráfico y el medio ambiente.

El balance de Cruz Roja indica que desde el viernes hasta esta mañana a las 10.00 horas ha prestado 125 asistencias, 494 menos que en el año 2019. De este cifra 70 han sido hombres y 55 mujeres.

Por zonas, ha sido el área entre Pamplona y Javier la que más atenciones ha requerido con 65, seguida de la Zona Media con 47 y la Ribera con 13, mientras que por tipo de asistencia destacan las ampollas (41 casos), seguida de masajes (27), curas (16), atenciones médicas (13) y lavado de pies, además del traslado de una persona.

DYA por su parte ha indicado que han sido 80 las personas que ha atendido en esta Javierada, en la que ha trasladado a tres peregrinos indispuestos.

Junto a los voluntarios de Cuz Roja, entorno a 200, los de DYA, alrededor de una veintena, y la Asociación de Voluntarios Olímpicos de Navarra, estos para ofrecer avituallamiento a los peregrinos, hay además un importante despliegue policial.

En concreto la Guardia Civil ha indicado que moviliza para ambas Javieradas este año a 400 efectivos entre agentes de Tráfico, Seprona, Escuadrón de Caballería, un helicóptero y el Grupo de Acción Rápida, todo ellos coordinados desde un puesto de mando avanzado en las inmediaciones del castillo.

La Policía Foral por su parte dispone de otros 188 efectivos en un dispositivo integral para la seguridad del peregrino en carreteras y caminos, y el control del tráfico, de las zonas de estacionamiento y de las inmediaciones del castillo para facilitar el paso de servicios de emergencia y organizar el desalojo ordenado tras la misa.

El primer antecedente de las Javieradas es una peregrinación organizada por la Diputación Foral de Navarra el 4 de marzo de 1886 como acción de gracias a San Francisco Javier por no sufrir la epidemia del cólera, aunque la primera Javierada tuvo lugar el 10 de marzo de 1940, protagoniza por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz y en la que participaron unas 5.000 personas.