Nuevo paso decisivo para poner fin al motor de combustión en Europa. El Parlamento Europeo aprobó ayer la propuesta de prohibir las ventas de coches y furgonetas nuevos con motor gasolina, diésel o híbridos en 2035,  lo que supone un adelanto de cinco años en comparación con lo acordado anteriormente.

Durante el debate parlamentario, el eurodiputado del PSOE y vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente (ENVI), César Luena, indicó que su partido apuesta por alcanzar los objetivos de la ambición climática de la UE y la cohesión social.

Sin embargo, la portavoz del PP en la Eurocámara, Dolors Montserrat, advirtió que si se exige a los empresarios, autónomos, trabajadores y familias medidas que no puedan asumir, «la lucha contra el cambio climático fracasará y nuestra economía perderá competitividad».

Por su parte, la eurodiputada española de Ciudadanos, Susana Solís, defendió un calendario «digerible» para la industria en el que no se pierda «ni un empleo», sin cambios en los objetivos para 2025 y con una revisión en el año 2028, con el objetivo de analizar la viabilidad, acordar una metodología para medir las emisiones y no cerrar la puerta a ninguna tecnología.

Previamente a este debate, la ENVI ya dio luz verde el pasado mayo a la propuesta de reducir en 2030 el 55 por ciento de las emisiones contaminantes de los nuevos vehículos y reducirlas a cero cinco años después.

Ahora serán los ministros de Medio Ambiente quienes deberán decidir su posición sobre estos objetivos a finales de este mes antes de iniciar las negociaciones con el Parlamento. Se espera que la ley definitiva se apruebe en otoño.

Por su parte, las principales asociaciones del sector del automóvil en España mostraron su apoyo a este  plan, aunque solicitaron unos plazos que aseguren la viabilidad de la automoción. En este sentido destacaron que no es posible decidir ahora los objetivos a alcanzar en 2035, sino que estos deberían establecerse en 2028.