Crecen los fraudes bancarios por móvil e Internet

Navarra Televisión
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Irache recibe decenas de reclamaciones denunciando la pérdida de miles de euros.

Crecen los fraudes bancarios por móvil e Internet

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache advierte sobre un aumento de fraudes bancarios, fundamentalmente a través de internet o del teléfono móvil, tras recibir en las últimas semanas decenas de reclamaciones de consumidores que han perdido miles de euros por estos engaños. 

Las formas de fraude son variadas y cada vez más sofisticadas, dice Irache en una nota, que explica que en algunas de ellas los delincuentes consiguen el duplicado de la tarjeta de memoria del teléfono móvil del consumidor, donde muchos tienen ya introducidos los datos y contraseñas de sus bancos, con los que los delincuentes pueden entrar en las cuentas del consumidor. 

Otras veces, el consumidor recibe un SMS en el que alguien se hace pasar por una empresa de transporte o por su propio banco y le pide que le dé al enlace para recibir un paquete o permitir alguna operación. Cuando se clica en el enlace, los estafadores acceden a los datos bancarios del titular del móvil y con ellos sustraen el dinero. 

En otras ocasiones, los delincuentes simulan la página web del banco del consumidor y este, confiado, facilita sus datos, contraseñas y autoriza la operación. Otra modalidad de fraude hace que, al estar navegando en la página real del banco, se abra una nueva ventana por la que, al entrar en ella, los delincuentes acceden a los datos del ordenador. 

Como se ha indicado, son muchos los casos de este tipo por los que las personas han perdido dinero, en algún caso hasta ocho mil euros. El problema en estos casos es que el consumidor no se percata del fraude hasta unos días o semanas después y cuando bloquea sus cuentas los delincuentes ya las han desfalcado.

La Memoria de 2021 del Servicio de Reclamaciones del Banco de España indica que el 14 % de las reclamaciones de los ciudadanos fueron debidas a fraudes por el uso de los datos de la tarjeta bancaria, a través de internet o del terminal de pago en el punto de venta.  

Para evitar estos fraudes, Irache pide que los consumidores revisen sus cuentas bancarias de forma habitual para comprobar que no hay ningún movimiento extraño. Si se da, lo más urgente es ponerse en contacto con el banco de inmediato, comunicar la operación no autorizada y, si es necesario, bloquear la cuenta. 

Posteriormente, conviene poner una denuncia por el fraude sufrido. En un tercer momento, se debe realizar una reclamación formal al banco, informando de que ha sido una operación no autorizada por el titular y aportando la denuncia policial. 

Una circunstancia que debe hacer sospechar es que el teléfono móvil deje de funcionar, falle la cobertura o desaparezcan datos que antes tenía. Puede ser una consecuencia de que alguien ha duplicado la tarjeta. En este caso, conviene comprobar las cuentas bancarias de inmediato y contactar con el banco. 

En cualquier caso, es importante que el consumidor sea precavido y tenga en cuenta algunas pautas para evitar ser víctima de este tipo de fraudes, como estas:

• No revelar ni compartir claves, números pin, datos de tarjetas, de cuentas ni datos personales. Los bancos no te las deben pedir por estas vías. Esta información solo debe facilitarse en las propias oficinas bancarias. Si las pide un SMS, un correo electrónico o una llamada telefónica, sospeche y no las dé. 

• No clicar directamente en los enlaces de supuestos mensajes de su banco. Es mejor ir directamente a la web de la entidad o a su aplicación.

• Instalar contraseñas suficientemente seguras (no conviene que sean su nombre, su fecha de nacimiento o datos personales)

• Verificar que la página web es verdadera. Mirar que la URL es la correcta y que hay un pequeño símbolo de un candado en la parte superior izquierda de web. Si se tienen dudas, no continuar. 

• Instalar en sus dispositivos programas contra virus y malware.

• Bajar solo aplicaciones de tiendas o páginas oficiales.

• Tener en cuenta que una conexión pública de wifi siempre supone un mayor riesgo.