Documentos revelan que se orquestó el ataque de Montejurra

Navarra Televisión
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Desde el Partido Carlista han denunciado que los sucesos ocurridos el 9 de mayo de 1976 en Montejurra en los que perdieron la vida dos hombres, fueron un plan del Estado contra el Partido Carlista, con especial protagonismo de Manuel Fraga.

Una serie de documentos donados al Partido Carlista han revelado que el Estado, con especial protagonismo del entonces ministro Manuel Fraga, organizó la movilización de ultras tradicionalistas en la romería al Montejurra del 9 de mayo de 1976, que se saldó con el asesinato de los carlistas Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez Santos.

Los documentos, que han sido presentados en una rueda de prensa por los representantes del Partido Carlista Lázaro Ibáñez, Juan José Garay, Jesús Aragón y José María Porro, muestran, según han subrayado, claros indicios que desmienten que se trató de una confrontación organizada en primera instancia por el tradicionalista Sixto de Borbón sino que fue orquestado por Fraga.

Documentos revelan que se orquestó el ataque de MontejurraDocumentos revelan que se orquestó el ataque de Montejurra

Estos nuevos documentos, cuya fuente desde el Partido Carlista ha querido mantener en secreto, aportan luz a la concentración de un importante número de tradicionalistas que terminó con la muerte por herida de bala de dos de los participantes en este viacrucis con marcado carácter político celebrado en memoria de los requetés muertos en la Guerra Civil así como con decenas de heridos.

Documentos revelan que se orquestó el ataque de MontejurraDocumentos revelan que se orquestó el ataque de MontejurraEntre los textos aportados por este donante anónimo figuran cartas e informes con membrete del Ministerio del Interior y firmas del ministro Fraga o el gobernador civil de Navarra, José Ruiz de Gordoa, y destaca una "nota reservada y confidencial" de Fraga bajo el título "Operación Montejurra tradicionalista".

En ella se detallan las bases del la participación de la Unión Nacional en esta protesta con una estimación de los autobuses y las partidas económicas necesarias para pagar dietas que percibirán cada una de las personas que acudiesen destacándose que se contempla como una "concentración totalmente pacífica" yendo los manifestantes "mentalizados de huir de la provocación y mucho menos de confrontaciones".

Documentos revelan que se orquestó el ataque de MontejurraDocumentos revelan que se orquestó el ataque de Montejurra

En un escrito enviado por Ruiz de Gordoa a Fraga el 5 de enero de 1976 en el que tilda la romería de "una concentración subversiva de claro matiz huguista en contra del rey Juan Carlos I" el gobernador civil plantea como posible solución actuar "sobre los líderes del tradicionalismo para rescatar el significado histórico de Montejurra con una afluencia masiva de tradicionalistas".

A su juicio esta es la opción "lógica" si bien reconoce que es "muy difícil movilizar a tradicionalistas con deseo de recuperar Montejurra" como demuestran las "gestiones se han realizado en años anteriores" y que "no han dado resultado por no encontrar responsables"

Además, advierte, "en torno a Montejurra acuden grupos armados" y "cualquier acción reivindicativa de los principios en los que se inspiró la Hermandad Penitencial podría traernos consecuencias imprevisibles".

También en una carta fechada en 19 de abril de 1976 firmada por el entonces director General de Seguridad, Víctor Castro Sanmartín, y dirigida a Ruiz de Gordoa este ya adelanta que "se va a producir en esta concentración un enfrentamiento", algo que considera que "puede ser conveniente" pero, advierte, tienen que "evitar que llegue la sangre al río".

Aparece entre la documentación también otra carta de Ruiz de Gordoa a Fraga con fecha 21 de abril en la que este le resume las conclusiones de una reunión secreta mantenida en el hotel Tres Reyes con Sixto de Borbón-Parma y José Arturo Márquez en la que abordan la cuestión de Montejurra.

En ella se detalla que el plan es que haya una "presencia masiva de tradicionalistas de toda España perfectamente organizados para responder a cualquier planteamiento huguista" y "tomar Montejurra con dos días de antelación".

Le adelanta que el objetivo es "desde la campa de Irache iniciar un caldeamiento del ambiente con alto sentido patriótico, pronunciándose en defensa de la auténtica tradición y en contra de la orientación marxitsa" del Partido Carlista y "hacerse con los aparatos de comunicación para evitar falsas consignas".

Asimismo traslada a Fraga que había pendiente una audiencia con el Director General de Política Interior para exponerle sus planes.

Se desprende de otro informe remitido por Ruiz de Gordoa a Fraga que no fue este el primer intento por parte de Estado de frenar este acto ya que alude a los "fallidos intentos de recuperar Montejurra durante las ediciones de 1973, 1974 y 1975" por la "inoperancia e incapacidad del tradicionalismo" y reconoce que "la presencia de grupos armados y revolucionarios podían acarrear consecuencias imprevisibles".

Tras los sucesos el gobernador civil refirió que "el enfrentamiento no debió pasar de la garrota de campo" y que fue "un hecho desgraciado el disparo de la Campa" considerando que fue un "fracaso total" la convocatoria de Montejurra por parte del tradicionalismo".