El comercio se siente en el punto de mira. "Siempre pagamos los más humildes, no entendemos el carácter general para implantar estas medidas", reconoce Carlos Albillo, presidente de la Asociación del Casco Viejo de Pamplona. "Creemos que son unas medidas apresuradas, de cara a la galería sin un transfondo, necesitamos medidas a medio y largo plazo", sostiene. Albillo afirma que "habría que adaptar las medidas a las circunstancias de cada local, no es lo mismo una tienda de productos no perecederos que una tienda de ropa o una librería".

Desde el sector de la hostelería admiten "estar preocupados" con varias de las medidas, "el sistema de puertas cerradas puede provocar un mayor rechazo para la entrada de los clientes, tampoco es lo mismo tener una temperatura de 27 grados para un comensal en mesa, un cliente en barra o incluso los trabajadores, quienes estamos detrás de la barra con electrodomésticos que expulsan calor". 

En definitiva, la implantación del paquete de medidas de ahorro energético genera gran incertidumbre y dudas entre el sector comercial de Navarra.  De hecho, Alberto Bermejo, propietario de la tienda de ropa Fulber Lois Pamplona, apunta que "el pequño comercio ya lleva tiempo apretándose el cinturón, yo llevo años apagando las luces de la fachada y del escaparate cuando cierro la tienda,  tener dos o tres horas más la iluminación encendida supone un gran coste para los autónomos".