Carla Subirana es una directora y guionista, nacida en Barcelona, que asombró con su documental Volar (2012), donde reflejó la vida desde dentro de una academia militar española, describiendo la formación de los pilotos militares en la Academia General del Aire de San Javier, en Murcia. Con el mismo respeto con que afrontó ese trabajo, en Sica, su primera película de ficción, narra la arriesgada vida de los marineros que faenan en Costa da Morte.
En su película aborda el sentido de perdida y la imposibilidad de algunas personas de enterrar a sus muertos. Pero, ¿usted pretendía recalcar más otros aspectos?
Sica es una adolescente de Costa da Morte que vive un momento de transición de la infancia a la madurez. Está pasando un duelo porque su padre ha desaparecido en un naufragio. Pero la película lo que pretende mostrar es que la que ha estado siempre ahí es su madre.
Su filme se desarrolla y está ambientado en Costa da Morte…
Esta costa está marcada por la brutalidad de su océano, y sus naufragios. Es uno de los lugares más peligrosos del mundo, con más de 500 naufragios documentados. Ese océano es una sepultura abierta donde se mezclan vida y muerte. Históricamente, ese océano da de comer a las gentes de esa Costa a través de la vida marinera, pero también se lleva muchas vidas.
¿Rinde su relato un homenaje a esos hombres de la mar, que se juegan la vida cuando salen a faenar?
Si no provienes de un pueblo marinero, desconoces ese oficio y la dureza que comporta, y más en la Costa da Morte. Tienen una convivencia diaria de la vida con la muerte. A mí una percebeira me decía que siempre lleva un chubasquero rojo para que encuentren rápido su cuerpo si le da un mal golpe la mar.
¿Podríamos afirmar que el territorio donde nacemos nos marca?
Yo diría que el territorio siempre nos moldea, en el caso de Costa da Morte está muy claro; ese viento, ese océano, esa fuerza, moldea rostros. En la documentación de la película hablé con un chico que su padre y su hermano murieron en un naufragio y, a pesar de ello, él también se hizo marinero y naufragó.
Yo comentaba, hablando del multipremiado filme Alcarrás, que habla de la extinción del campesino. ¿Algo similar narra su película?
Sí, de alguna forma habla del fin de una forma de vivir. Galicia es una comunidad que viene marcada por una historia de pobreza y de emigración muy fuerte, son grandes supervivientes, a veces con entradas de dinero tan terribles como la droga.
Su experiencia como documentalista opino que se palpa en cómo refleja las imágenes de ese océano…
La naturaleza es otro personaje en esta película, el mar, el faro, pero como reto tuve claro, desde el primer momento, que quería captar los estados de la naturaleza que pudieran acompañar a Sica.