La ciberdelincuencia es uno de los desafíos a los que se enfrenta actualmente la seguridad y una cuestión que pone de manifiesto la necesidad de la cooperación, colaboración y lealtad entre los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad tanto a nivel nacional como internacional.

Así se ha puesto de manifiesto en una jornada organizada por la Guardia Civil de Navarra bajo el título "La seguridad en el siglo XXI. Situación actual y principales retos" que ha reunido a mandos de los principales cuerpos policiales de Navarra, autoridades, miembros de la judicatura y personalidades de diferentes ámbitos.

En su clausura, el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti, ha reconocido que existe una "preocupación creciente" por la ciberdelincuencia, que en la Comunidad Foral, con datos de 2020, ha crecido un 39 % respecto al año anterior, con 4.465 ciberdelitos, de los que hasta un 87 % son fraudes informáticos, seguidos de amenazas y coacciones a través de internet.

Esta, ha remarcado, es una cuestión que preocupa por sus múltiples vertientes y porque representa una "grave amenaza" para la seguridad nacional, para las empresas y para el conjunto de la ciudadanía.

En esa línea ha comentado que ya se ha aprobado el Plan Estratégico contra la Cibercriminalidad cuyos resultados se verán "próximamente".

En relación con la ciberdelincuencia, el teniente coronel Juan Antonio Rodríguez Álvarez de Sotomayor ha destacado que no hay ningún ámbito de la delincuencia que crezca al nivel de este debido al "anonimato y las criptodivisas" y ha apuntado como uno de los problemas para hacerle frente la "falta de territorialidad".

En su intervención ha remarcado la importancia de denunciar este tipo de delitos, de trasladar en forma y tiempo los incidentes al tiempo que ha apuntado las dificultades que se encuentran en ocasiones cuando los casos pasan de unos juzgados a otros por cuestiones de competencias.

Con el objeto de paliar problemas detectados en ese ámbito ha surgido la Fiscalía Europea, cuya actividad ha sido explicada por la fiscal Olga Muñoz, quien ha considerado que esta novedosa institución está dando los primeros pasos.

"El delito no tiene territorio" ha remarcado al detallar la necesidad de un organismo como la Fiscalía, que persigue delitos como la corrupción y malversación de caudales vinculados con fondos europeos y que, ha asegurado la fiscal, va a hacer todo lo que esté en su mano para proteger esos fondos.

Los delitos de odio han estado también presentes en la jornada, en la que Arasti ha reconocido preocupación al respecto y ha aseverado que es "intolerable" vivir con miedo por la condición sexual, el origen o el color de la piel.

En esta cuestión ha centrado su intervención el presidente del Movimiento contra la intolerancia, Esteban Ibarra, quien ha sostenido que en su esencia está la "intolerancia al diferente", el "negar la dignidad humana al diferente".

Ibarra, quien ha asegurado que el delito de odio siempre ha estado lo único nuevo es el término, ha alertado sobre el hecho de que lo que es delito de odio en el código penal español no es lo mismo que figura en otros y además hay países en los que ni siquiera figura. Por ello ha insistido en la importancia de su universalización y de luchar contra esos delitos "con las instituciones, no contra las instituciones".

El modelo policial ha sido otra de las cuestiones abordadas en la sesión y al respecto en una mesa redonda los mandos de la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Foral y Policía Municipal de Pamplona han coincidido en que funciona pero es mejorable, apuntando problemas en la atención de emergencias, en cuya solución, han dicho se está trabajando, y han remarcado la importancia de que exista la "máxima colaboración".

Además Arasti ha aludido a la violencia machista, a la que se ha referido como una "terrible lacra" que ha dejado ya este año 37 mujeres asesinadas, una de ellas en Navarra y 13 en la Comunidad Foral desde que se contabilizan estos crímenes.

Por su parte, el teniente coronel Javier Rogero ha hecho un breve repaso de la delincuencia tradicional, que "sigue muy presente pese a las nuevas tecnologías", y en este sentido ha apuntado que pese a la pandemia, durante el confinamiento la casuística delincuencial en relación con el narcotráfico o el blanqueo de capitales no se redujo, mientras que en otros delitos como los que van contra el patrimonio prácticamente desaparecieron.

Tras aludir a casos como los de la trata de seres humanos, ha concluido apuntado que el carácter internacional de las estructuras criminales "obliga a ser imaginativos, a unir sinergias".