España se despide con un empate que sabe a derrota

EFE
-

Las 'guerreras' dicen adiós a el Europeo tras frimar tablas con Montenegro (26-26) un encuentro con sabor a derrota porque fue incapaz de rentabilizar los hasta ocho goles de ventaja que tuvo en la primera parte

España se despide con un empate que sabe a derrota - Foto: ANZE MALOVRH/KOLEKTIFF/RFEBM

La selección española femenina de balonmano se despidió del Europeo de Dinamarca 2020 con un empate ante Montenegro (26-26) con sabor a derrota porque fue incapaz de rentabilizar los hasta ocho goles de ventaja (4-12) que tuvo en la primera parte.

Lastrada por la misma irregularidad que le ha impedido realizar un partido completo durante todo el torneo, España no sólo no fue capaz de defender su renta en la segunda mitad, sino que tampoco pudo aprovechar el balón final del que dispuso para alzarse con la victoria.

Pese a hacer llegar el balón con ventaja a Jennifer Gutiérrez, la extremo española no fue capaz de superar a la portera montenegrina Ljubica Nenezic, que se convirtió en el segunda período en una auténtica pesadilla para las "Guerreras".

Un decepcionante empate final, que pocos hubieran podido imaginar, tras la espectacular puesta en escena de las de Carlos Viver.

Enrabietadas por las malas sensaciones dejadas ante Dinamarca, las jugadoras españolas saltaron a la pista dispuestas a demostrar que poseen recursos más que suficientes para pelear por puestos más altos.

Para empezar en defensa, donde España hoy sí recordó al solidario equipo que a base de ayudas y más ayudas es capaz de cerrar cualquier hueco a los ataques rivales.

Una intensidad y solidaridad defensiva que el conjunto español apenas había mostrado, salvo en momentos puntuales, a lo largo del campeonato.

Con la defensa funcionando a pleno rendimiento, como demostró el único gol (1-6) que concedió el equipo español en los primeros diez minutos de juego, apareció por primera vez en este Europeo el juego de contragolpe de la selección.

Si hasta este encuentro las "Guerreras" apenas habían podido correr en el torneo, ante Montenegro el conjunto español demostró que no sólo posee una auténtica "bala" en la figura de la extremo Jennifer Gutiérrerz, sino que dispone además de una más que apreciable segunda oleada de contraataque.

Goles fáciles que fueron aumentando cada vez más y más la confianza de las de Carlos Viver, que, por fin, recordaron al equipo que hace doce meses se quedó a un milímetro del título mundial en Japón.

Un cambio radical con relación al duelo con las danesas, que también llegó al ataque estático, donde España logró dotar de la fluidez necesaria a su juego para poder conectar tanto con las extremos como con la pivote Ainhoa Hernández.

Hoy todo le salió a España, que por mejorar, mejoró hasta en las pérdidas de balón, su auténtico talón de Aquiles, como demostró la única pérdida sumada en los primeros dieciocho minutos de juego.

Argumentos y más argumentos que permitieron a España tomar rápidamente una ventaja en el marcador, que no dejó de crecer hasta alcanzar una máxima renta de ocho goles (4-12) superado el ecuador de la primera mitad.

Ventaja que las "Guerreras" apenas vieron mermar, pese a los continuos cambios tácticos de las balcánicas, que lo intentaron todo para tratar de frenar al conjunto español, al llegar el descanso, como reflejó el 11-17 con el que se cerró el primer tiempo.

Tan sólo quedaba por comprobar si España era capaz de aprobar su gran asignatura pendiente en este Campeonato de Europa, la falta de regularidad, que le ha impedido realizar un partido sin altibajos a lo largo de la competición.

Una falta de solidez que pareció volver a condenar al conjunto español que se empeñó en tirar todo lo bueno que había mostrado en la primera mitad, en un mal arranque de segundo tiempo en el que las de Carlos Viver se estrellaron una y otra vez con la portera Ljubica Nenezic.

Si en la primera parte, fue España quien no desaprovechó los errores balcánicos para correr y corres, en la segunda fueron las montenegrinas las que se beneficiaron de las fallos de las "Guerreras" para poder contragolpear.

Todo un problema para la selección española, que vio como su renta no dejó de crecer hasta ver como Montenegro no sólo igualaba la contienda, sino que incluso se ponía por delante en el tanteador (22-21) a falta de trece minutos para la conclusión.

Una auténtica prueba de madurez para el conjunto español, que aferrado al brazo de Carmen Campos, una de las pocas noticias positivas de este Europeo, y, sobre todo, de Nerea Pena logró llegar empatado (26-26) al minuto final.

Sesenta segundos en los que España pasó de la esperanza con la parada de Silvia Navarro a la pivote Itana Grbic que permitió a las "Guerreras" disponer del último balón, a la decepción tras ver como Nenezic privaba con su intervención final de la victoria al conjunto español.