Una mirada de optimismo de la moda hacia el futuro

Agencias
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La Mercedes-Benz Fashion Week vuelve a abrir sus puertas con menos compradores y público y muchas medias de seguridad en una edición que se mueve entre lo presencial y lo digital

Andrés Sardá calentó la pasarela con su colección inaugurando la cita de este año - Foto: Mariscal

La moda no para, bulle, está en constante cambio y lo demuestra. Por eso la pasarela de Madrid, la Mercedes-Benz Fashion Week (MBFWM), volvió a abrir sus puertas ayer con una edición descafeinada y con menos público, en la que se va a echar de menos a diseñadores consagrados y, lo más importante, a compradores de todo el mundo, pero con nuevas apuestas que demuestran la capacidad de adaptación de este sector puntero en España.

El pabellón 14.1 de Ifema volvió a encender las luces de la pasarela, en esta ocasión más tenues, para recibir a los diseñadores, que, dentro de sus posibilidades mostrarán hasta el domingo diseños que empoderan a la mujer, como es el caso de Ángel Schlesser, o con mensaje de inclusión social como Ulises Mérida.

La pasarela ha ideado una nueva fórmula para no perder de vista el negocio e internacionalizar la pasarela hasta que se normalice la movilidad internacional. «En colaboración con el Instituto Español de Comercio Exterior, las marcas participantes en la pasarela tendrán presencia en distintos mercados», explicaba ayer la directora, Nuria de Miguel. Nueva York, París y Milán han presentado sus colecciones en digital, pero la pasarela de Madrid vuelve a ser presencial y digital. Cuatro días de desfiles, vídeos y performances que llegan con el propósito de demostrar que el diseño español existe, además de buscar esa mirada internacional a través de la prensa.

En los vestidores, los diseñadores se mostraban ilusionados y veían en esta cita de la moda nacional una oportunidad de negocio. «No podemos flaquear en estos momentos; al contrario, tenemos que demostrar coraje», recalcó el diseñador gallego Roberto Verino, que presentó ayer por la tarde su colección con un vídeo.

 

Con sabor a cabaré

Fieles a su esencia y también con la intención de aupar las ventas, la firma Andrés Sarda inauguró la jornada con una colección de lencería con sabor a cabaré, mientras que Verino y Manuel García Madrid apostaron por prendas actuales que perduren en el tiempo.

Andrés Sarda caldeó los infinitos metros de hormigón de Ifema con una colección desinhibida que ayudó a animar el ambiente mermado por la escasa afluencia de público para cumplir la seguridad.

«Cuando empezamos a preparar la colección no sabíamos cómo íbamos a poder presentarla», explicó la directora de la firma de lencería, Nuria Sardá, contenta de que finalmente la situación sanitaria haya permitido que la pasarela se celebre en un formato híbrido.

Enric Auquer, ganador del Goya revelación 2019 y sobrino de la diseñadora, y Lali Espósito de la serie Sky Rojo de Netflix, fueron los protagonistas del fashion film Who is she? «Ha sido una experiencia muy bonita, diferente y estresante», comentó Sardá, quien propone un canto a «la alegría, a la vida, una celebración con la esperanza de liberarnos de la pandemia».

Fernando Claro llevó a la pasarela LIS, una sociadad secreta del futuro donde no existe el dinero y la moneda de cambio son los valores humanos más respetables y en la quepalabra se viste con líneas rectas y sofisticadas. Con superposiciones a lo samurai, grandes casacas trenzadas a mano por encargo y muy versátile, puso en valor una vez más el lujo de las prendas hechas a mano.

García Madrid, Verino, Eduardo Navarrete, Otrura o Maya Hansen fueron  otros dieseñadores que volcaron su talento en la primera jornada de la cita de la moda demostrando que les sobra imaginación también en los tiempos difíciles.