Permitido a última hora judicialmente pese a la prohibición inicial de la delegación del Gobierno, el acto ha reunido a un portavoz de cada sindicato, a quienes se ha unido el de LAB, invitado después de que la delegación del Gobierno prohibiera una caravana de coches que habían previsto por su cuenta.
Ha sido el único acto sindical presencial autorizado en Navarra, si bien han cumplido con la autorización de que fuera un acto "estático" con seis personas (han sido cinco finalmente) que guardaran las distancias entre ellas en un lugar abierto como la plaza de Recoletas.
En euskera y castellano, Juan Antonio Cantero (Solidari), Iratxe Alvarez (ESK), Araceli Montes (STEILAS) y Marisa Olite (CGT) han leído un comunicado firmado por las cuatro fuerzas sindicales en el que se aboga por no volver a la "normalidad" que propugnan instituciones, partidos políticos y empresarios.
"Su normalidad es el problema", han advertido para alertar de que en ese intento de retornar a lo de antes "el capital va a intentar que una vez más sea la clase trabajadora la que pague los platos rotos. Nosotras no queremos volver a la normalidad, porque la normalidad era y sigue siendo el problema", han incidido.
A su entender, la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto que el discurso de estos sindicatos de que "un mundo más justo es posible no solo es acertado sino que además es más necesario que nunca", cuando se ha evidenciado que "esa normalidad que nos imponen era sinónimo de devastación y sobrexplotación de los recursos naturales".
"Esa normalidad no es más que un capitalismo voraz, que mira hacia otro lado y sigue esquilmando y agotando los recursos naturales con el único fin de aumentar la riqueza de unos pocos", han subrayado.
"La normalidad de este sistema criminal no es otra que la de las políticas de recortes en los servicios públicos y la privatización de estos. La mercantilización de lo común, haciendo negocio con necesidades básicas", de forma que también se ha visto que el desmantelamiento de la sanidad pública tiene consecuencias graves y que "la privatización mata".
Por el contrario, estos meses se ha visto que "han sido los trabajos reproductivos y de cuidados los que han resultado ser esenciales para el sostenimiento de la vida", pese a que muchos de estos trabajos son "invisibilizados e infravalorados social y económicamente, realizados mayoritariamente por mujeres".
También han animado a en este confinamiento hacer valer los derechos, que "no están confinados, no lo han estado nunca y por eso es incomprensible la conculcación que se está haciendo de muchos de ellos, los abusos policiales que hemos visto durante estos días, la militarización de algunos barrios y ciudades".
Por todo ello, han incidido en s rechazo a "regresar a esa normalidad gris y excluyente que nos somete y que antepone los intereses del capital frente a los de las personas. Este modelo económico y social no nos vale. No podemos volver a la normalidad anterior a la crisis del coronavirus, porque esa normalidad es el problema".