Y mientras, Ábalos se lleva todos los focos

Leticia Ortiz (SPC)
-

El controvertido incidente con la vicepresidenta de Maduro en Barajas pone al titular de Transporte en el centro de la polémica en estas primeras semanas del Ejecutivo de coalición

Y mientras, Ábalos se lleva todos los focos - Foto: Rodrigo Jiménez

No estaba asegurada aún la investidura de Pedro Sánchez cuando los partidos mayoritarios de la derecha, PP y Vox, advirtieron que, en caso de poner en marcha el Gobierno de coalición, no pensaban darle ni aquellos tradicionales 100 días de cortesía parlamentaria que parecieron perderse con la ruptura del bipartidismo en el Congreso. Así, con los ministros de Podemos en un segundo plano, quizá buscado, la mayoría de los focos -y de las críticas- de estas primeras semanas de funcionamiento del Gobierno de coalición se las ha llevado el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, a raíz de su controvertido encuentro con la vicepresidenta del Gobierno de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas. 

Poco se sabe a ciencia cierta de lo que ocurrió  la madrugada del domingo 20 de enero en el aeródromo de la capital, ya que las versiones del protagonista han ido variando con el paso de los días, a medida que los medios de comunicación destapaban detalles que no se habían narrado en el relato inicial. Según la última explicación del dirigente socialista, mantuvo un encuentro en el avión con Rodríguez que duró entre "unos 20 y 25 minutos", en los que no les dio tiempo «a tratar nada». Una cita "fortuita", ya que Ábalos se enteró poco antes de llegar a Barajas de la presencia de la vicepresidenta -que tiene prohibido entrar en la Unión Europea- en la aeronave en el que viajaba el ministro venezolano de Turismo, Félix Plasencia, que era a quien el ministro iba a ver a título privado, puesto que son "viejos amigos". En este marco, añadió que fue el responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien le informó de la llegada a España de la número dos del Gabinete de Maduro, al tiempo que le pidió que «procurara» que no bajase del avión.

Una rocambolesca historia que parecía que podía poner contra las cuerdas al ministro de Transporte que, eso sí, enfatizó que no pensaba dimitir por esto: "Vine para quedarme y no me echa nadie". Precisamente, el Ejecutivo de Sánchez ha cerrado filas en torno a la figura del valenciano. De hecho, Moncloa vende lo sucedido en el aeropuerto madrileño como "un éxito de la diplomacia española" encarnada en la figura del dirigente socialista. "El secretario de organización del PSOE logró el cumplimiento de una obligación por parte de España", apuntó la vicepresidenta Teresa Ribera, refiriéndose a que Ábalos evitó que tuviera lugar un conflicto comunitario en suelo español, que es lo que hubiera ocurrido si Rodríguez hubiera bajado del avión.

Mientras el ministro muestra su contrariedad cada vez que la prensa le pregunta por este asunto, el Partido Popular, Ciudadanos y Vox ya han anunciado que promoverán una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados para tratar el caso Ábalos.