Biutiful nius: Las otras noticias de la semana

Sofía Esteban
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Biutiful nius: Las otras noticias de la semana

El show de Bolsonaro

Nos tiene acostumbrados a hacer de la polémica y la provocación las señas de identidad de su Gobierno desde que hace casi dos años llegó por sorpresa al Palacio de Planalto. Candidato ajeno a los partidos tradicionales, Jair Messias Bolsonaro se lanzó a la aventura de la Presidencia de Brasil con un discurso políticamente incorrecto, máximo desprecio a los medios de comunicación y unas aparentes probabilidades de éxito remotas a las que nadie sabe muy bien cómo consiguió dar la vuelta. Y ahí sigue...

La prensa, habitual saco de muchos de sus golpes, recibió esta semana otros dos derechazos envenenados. El primero se lo lanzó el pasado domingo a un periodista al que llamó «cabrón», después de espetarle que tenía ganas de llenarle la boca a puñetazos. Y es que al político no le gusta que le pregunten por sus cosas. ¿A quién le importa el origen de las transferencias bancarias por valor de 13.500 euros que un antiguo asesor de su hijo Flavio ingresó en la cuenta de su esposa?

Dos días después, llegó el segundo gancho. En un acto llamado Ganando al COVID-19, que se celebró justo el día en que el país superaba los 115.000 fallecimientos, sacó a pasear sus conocimientos sanitarios para asegurar que los periodistas «de culo gordo» que se burlan de él tienen pocas probabilidades de sobrevivir al virus. Una tesis que parece no avalada por la OMS y que se sostiene tanto o más como que el coronavirus es una «gripezinha» a la que no hay que tener miedo, una fantasía propagada por los medios de comunicación (¡qué fijación!), que la hidroxicloroquina cura a los enfermos o las mascarillas son herramientas inútiles, lo que le llevó precisamente a no usarlas ni cuando él contrajo la enfermedad. 

Con todo este saber en sus manos, es una lástima que Bolsonaro no haya evitado que el país sea el segundo del mundo con más infectados. Pero es que ya se lo explicó a otro de los reporteros: «Lo siento. ¿Qué quieres que haga? Soy un Mesías, pero no hago milagros».

 

Ser solidario sale caro

4.200 euros por cocinar y repartir comida a familias sin recursos durante el confinamiento. Es la abultada multa que le ha caído a los propietarios del restaurante valenciano La Lusitana Tasca y a dos voluntarias que quisieron poner su granito de arena para ayudar a los vecinos más vulnerables.

La receta les ha llegado ahora, pero la cocinaron en pleno pico de la pandemia, el 17 de marzo, cuando tuvieron una brillante y solidaria idea amparados por la ley que permite la entrega de alimentos sin ánimo de lucro. 

Un total de 84 menús para mayores, menores y personas sin hogar sirvieron ese día los infractores respetando todas las medidas de higiene y seguridad. Henchidos de satisfacción y con el agradecimiento de los comensales, recogían ya los fogones cuando la Policía Local les aguó la jornada en forma de sanción. La denuncia: tener la puerta del establecimiento abierta en pleno estado de alarma, con varias personas trabajando y una cola de gente esperando fuera. Serán las normas, pero ¡Manda huevos!, que diría Trillo.

Que siga el espectáculo

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Frío, frío...Es una caja fuerte de 270 kilos de peso que ha aparecido abandonada en una granja de la localidad estadounidense de Barre, en Nueva York, con un enigmático mensaje impreso: «Si puedes abrirla, obtendrás lo que hay dentro». 

Decenas de personas lo han intentado ya con mazas y a golpes sin éxito. Aunque es una tarea difícil, no parece imposible con las herramientas o el ingenio adecuado. Sin embargo, Kirk Mathes, propietario del terreno afortunado y ahora también del sugerente objeto, se niega a resolver el misterio. Ha decidido esconderla de momento y donarla más adelante al Museo de Historia Local para que pueda ser exhibida.

No tiene ni idea de quién ha podido dejarla allí, pero considera que si finalmente se abre, el espectáculo se habrá terminado y se pondrá fin a las ilusiones de muchas personas que imaginan el mayor tesoro del mundo escondido en la oscuridad del metal, millones de euros de un boleto de la lotería que su dueño nunca quiso gastar, las monedas de oro de un barco pirata que siempre se creyó hundido, los juguetes de una infancia feliz ahora perdida, las cartas de amor más cursis que no se vuelven a leer o la inmensidad del vacío absoluto. Y tú, ¿qué guardarías en ella?

Sin paga a los 35

Unos padres italianos han ganado la batalla judicial a su hijo tras cinco años de disputa en los tribunales. Un juez ha fallado a su favor eximiéndoles de la obligación de mantener económicamente por más tiempo a su vástago. 

A sus 35 años, el joven todavía recibía una ayuda de sus progenitores de 300 euros mensuales a la que no tenía intención de poner fin. Pero la pareja se cansó de hacerse cargo de los gastos de su pequeño retoño, que tiene una profesión con la que se gana la vida, y recurrió a la misma Justicia que un tiempo atrás le obligó a pagar esa renta para complementar sus ingresos. El treintañero trabaja como profesor de música y tiene un sueldo anual de 20.000 euros, insuficiente al parecer para pagar todas sus facturas. Hasta ahora. La vida adulta ha llegado de repente en forma de sentencia. Y es para quedarse.

Cuanto más viejas, mejor

Hablo de las bicicletas en Holanda, paraíso de las dos ruedas, donde es muy difícil encontrar a algún ciudadano que no tenga una para desplazarse. Pero lejos de comprar los modelos más sofisticados, la mayoría opta por hacerse con una de segunda mano, cuanto más vieja mejor, de la que no se encapriche nadie. 

La explicación son los 1.500 hurtos que se producen cada día. Las penas son bajas y que el ladrón sea atrapado es poco probable. Por eso se reproducen como esporas las bandas amigas de lo ajeno al acecho de cualquier despiste, sobre todo si el objeto de deseo es eléctrico. 

Bien lo sabe el primer ministro de moda, Mark Rutte, sorprendido paseando palmito con una destartalada, oxidada y poco atractiva a la que nadie le hace ojitos.