La carrera por lograr la vacuna contra la COVID-19 ha provocado una campaña de ciberataques "especialmente virulenta" contra el sector sanitario, la industria farmacéutica y los centros de investigación en España y el resto del mundo impulsada por "actores estatales o no".
Así lo ha explicado la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, en su intervención en el seminario de Seguridad y Defensa, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos con el título Amenazas desde el ciber espacio.
"La pugna por la vacuna es un aliciente más que sobrado para que actores, estatales o no, hayan emprendido una campaña de ataques especialmente virulenta no solo en España, sino en todos los países", ha explicado.
La directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban. - Foto: Eduardo ParraPor ello, el CNI ha compartido información con los servicios de seguridad de otros países sobre las actividades de "ciberespionaje, que todos hemos sufrido sobre organismos nacionales y las instituciones involucradas en las investigaciones para desarrollar la vacuna".
El objetivo de estos ataques es, principalmente, "el robo de propiedad intelectual e industrial, y es rentable ya que, de tener éxito, permite ahorrar tiempo y recursos en investigación científica y desarrollo tecnológico".
Así, el CNI ha constatado que el crecimiento de ciberataques ha sido uno de los "efectos inmediatos de la COVID-19; no ha sido generador de nuevos riesgos, sino un acelerador de tendencias, un elemento disruptivo e inesperado, un cisne negro" como se llama a cualquier "suceso improbable, que sucede por sorpresa y termina teniendo un gran impacto".
Según Esteban, estos grandes ataques suelen estar patrocinados por "Estados o por grandes grupos cibercriminales cada vez más difíciles de identificar" puesto que dedican grandes recursos técnicos y económicos a la ocultación de su origen real.
Así, los Estados suelen trabajar con estructuras de inteligencia o con proxies como empresas tecnológicas, hackers o ciberdelincuentes de los que se vale para ocultarse y ejecutar acciones ofensivas que no pueden ser fácilmente atribuibles.
Según la directora del CNI, "España, per se y como miembro de organismos internacionales como OTAN o la UE, continúa siendo objeto de constantes intentos de ataques de parte de actores estatales o de grupos esponsorizados por ellos, y no es previsible que esta tendencia deje de crecer".
Por ello, "el CNI no ha bajado la guardia" y desde marzo se esfuerza por garantizar la ciberseguridad de los servicios públicos, "especialmente el sanitario y el tejido industrial y productivo", ha asegurado.