Jalifa Hafter asume el control político de Libia

EFE
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La asonada se produce tras una contraofensiva de las fuerzas leales al gobierno reconocido por la comunidad internacional con sede en Trípoli

Jalifa Hafter asume el control de Libia - Foto: Costas Baltas

El mariscal Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido en el este de Libia y hombre fuerte del país, anunció hoy que el Consejo militar que preside se dispone a asumir el control político y que por tanto se desliga definitivamente del acuerdo forzado por la ONU en 2015 en la ciudad marroquí de Skhirat, que impuso la formación del actual Gobierno de Acuerdo Nacional en Trípoli (GNA).

En un breve discurso difundido a través de la televisión, el controvertido oficial no detalló qué tipo de gobierno pretende liderar y simplemente se limitó a subrayar que responde a lo que en su opinión es "la voluntad del pueblo".

"Queremos anunciar que el comando general ha escuchado el deseo del pueblo, y que pese a la enorme responsabilidad, el tamaño y las muchas obligaciones que supone, aceptaremos el deseo popular", afirmó.

Antiguo miembro de la cúpula militar golpista que derrocó al rey Idris al final de la década de los setenta, Hafter fue reclutado por la CIA y trasladado a Estados Unidos a finales de la década de los ochenta cuando era un alto mando del Ejército de Muamar al Gadafi y se convirtió en uno de los principales opositores al dictador en el exilio.

Regresó al país en marzo de 2011, apenas un mes y medio después de que estallara la rebelión popular que nueve meses más tarde acabó con la vida y el régimen del dictador.

En 2014 fue nombrado jefe del Ejército regular Libio (LNA) por el Parlamento elegido ese mismo año en las urnas, que debió huir a la ciudad oriental de Tobruk después de que el gobierno en Trípoli no reconociera la derrota electoral.

La ONU lanzó entonces un fallido proceso de paz que concluyó en diciembre de 2015 en Skhirat con un acuerdo para la formación de un gobierno en Trípoli firmado únicamente por grupos minoritarios de ambas partes, y que tanto el antiguo Ejecutivo de corte islamista como el Parlamento tutelado por Hafter, que incluye elementos salafistas, nunca aceptaron.

Desde entonces, la guerra civil y el caos dominan Libia, un conflicto que ha devenido en el último año en un conflicto multinacional sin ejércitos librado por decenas de milicias locales y de grupos de mercenarios privados vinculados tanto al Gobierno sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) como a las fuerzas bajo el mando del mariscal.

El enfrentamiento armado se agudizó en abril del pasado año, fecha en la que Hafter -que cuenta con el apoyo de Jordania, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia- puso cerco al gobierno en la capital, al que respaldan militarmente Italia, Catar y Turquía.

Desde entonces han muerto cerca de dos mil personas -alrededor de 350 de ellos civiles-, en torno a 20.000 han resultado heridos y más de 200.000 se han visto obligados a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos.