Para hacer frente a este virus, impredecible y desconocido, la Clínica Universidad de Navarra continúa su investigación.
Los profesionales sanitarios se enfrentan cada día a revisiones de pacientes que han superado el virus y en los que se manifiestan algunas secuelas siendo las más habituales la fatiga, la debilidad y el ahogo.
Marta Marín, neumóloga de la CUN, asegura que "estamos ante una enfermedad que conocemos poco todavía y que no hay evidencia científica suficiente que nos diga qué hacer".
Los expertos estiman que alrededor de un 20% de los pacientes tendrá secuelas a nivel pulmonar y para ello recomiendan realizar actividad física.
"Hemos visto pacientes que todavía no han recuperado ni el olfato ni el gusto o que persisten dolores musculares", dice la neumóloga.
Ana Quesada, supervisora de hospitalización de la CUN, dice que "el estrés y los ataques de ansiedad les impedían comer y ha habido una afectación a la nutrición en los pacientes".
Nutricionistas, fisioterapeutas, psicólogos, médicos y enfermeros trabajan ahora coordinados para afrontar lo que el futuro pueda traer.