"'Seremos' pretende ser un disco que mira hacia delante"

Naiare Rodríguez (EFE)
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Si hay algo que transmite este cantautor en sus letras son las inmensas ganas de conectar, de reunirse y volver a planificar nuestras vidas, por eso su nuevo trabajo es pura alegría por volver a vivir

"‘Seremos’ pretende ser un disco que mira hacia delante" - Foto: Chema Moya

El cantautor Ismael Serrano presenta su disco Seremos desde lo íntimo y teatral, al mostrar «ese espíritu de no resignarse, de quererse un poquito y de reconocerse con nuestras contradicciones» en momentos en los que «es más necesario que nunca encontrarse a través de las canciones».

Vuelve a los escenarios tras «la imposibilidad en estos meses de hacer planes para alcanzar la felicidad» de la que habla en sus letras, que «ayudan a sobrellevar ese cansancio que a veces provoca el día a día» lejos de «ser el cantautor que busca ordenarte la vida», pero que apuesta por compartir canciones con artistas como Pablo Alborán, quien «convierte en verdad lo que canta».

¿A qué ha sabido esta espera?

Estamos en un tiempo en el que cualquier reencuentro hay que celebrarlo con alegría. Yo siento que de alguna manera los confinamientos y el nivel de estrés que se vive en esta crisis sanitaria nos ha fragilizado y ahora es más necesario que nunca encontrarse a través de las canciones. No sé si una canción puede cambiar el mundo, pero sirve para sentirse acompañado y en los momentos de adversidad es tremendamente terapéutico. Los conciertos te ayudan a conectar con esa realidad con la que pierdes contacto.

Presenta este disco con un formato íntimo y teatral, ¿cómo conviven estos términos que pueden parecer tan dispares?

Vamos con un formato que nos permite reinterpretar las canciones y revisarlas con otra mirada. A mí siempre me ha gustado darle un carácter teatral a la puesta en escena de tal manera que conviertes el concierto en un relato, en un guion que te permite hilar las acciones. 

En este álbum se habla de los sueños incumplidos y de lo difícil que resulta a veces afrontar el futuro. ¿Son dos problemas actuales?

Si por algo nos golpea la crisis sanitaria, más allá de por el miedo que supone contagiarse, es por la imposibilidad de hacer planes y poderlos llevar a cabo. Alguien dijo que la felicidad consistía en poder hacer planes y concretarlos. Esa pérdida de control de nuestras vidas ha caracterizado todo este período. Esa sensación de vivir en la precariedad hace que vivamos con un estrés permanente y cansancio que se hace más evidente cuando salíamos.

Humor, poesía y mucha emoción. ¿Por qué es necesario mezclar estos tres ingredientes?

Los cantautores somos muy dados a ponernos serios y, a veces, nos creemos poseedores de la verdad absoluta. Yo creo que la sensibilidad del músico, en términos generales, está sobrevalorada, en el sentido de creer que tienen un don especial para hacer una crítica social y sentimental del mundo cuando realmente podríamos hablar de un déficit. Somos como niños que no saben lidiar con la pérdida y estar solos. Necesitamos que nos recuerden que nos quieren mucho y por eso salimos continuamente al escenario.

Con el paso del tiempo, uno se da cuenta de que es más saludable no tomarse tan en serio esto y cuestionarse frente al espejo ciertas cosas. Te lleva a reírte de ti mismo y de atacarte con humor los propios prejuicios que existen en torno a tu figura. Yo creo que eso también lo habla de alguna manera este disco que empieza diciendo: «No soy el cantautor que viene a arreglarte la vida».

En este caso, el último disco está creado durante la pandemia y cuenta con 13 canciones inéditas como Porque fuimos. ¿Cuál es el hilo conductor de todas ellas?

Seremos se formula en futuro porque pretende ser un disco con esa vocación, la de mirar hacia delante. En él hay mucha revisión de lo que uno es y del tópico. En Cállate y baila, por ejemplo, una chica le dice al cantautor que se calle de una vez. Esa imagen también la parodio durante el concierto. Por otro lado, el disco muestra ese espíritu de no resignarse, de seguir hacia delante, de quererse un poquito y de reconocerse con nuestras contradicciones. No sucumbir al desaliento ni rendirse tiene que ver con ese empeño de seguir levantando la mirada.

En él hay colaboraciones con artistas como Pablo Alborán. ¿Cómo surge esta colaboración?

De manera natural, aunque yo no soy muy dado a las colaboraciones. De hecho, este es el disco que más colaboraciones tiene de mi carrera. Esto responde a la necesidad de buscar complicidades en un momento en el que era muy difícil encontrarse. Cuando he llamado a alguien para compartir una canción es porque escuchándola me llegaba hasta él o ella y, cuando hice esta canción en concreto, se me ocurrió que la podría cantar con él porque tiene una sensibilidad muy especial. Hay gente que tiene un don, que es convertir en verdad lo que canta, y él cree en lo que está cantando.

Además, es una canción muy especial que habla de las mujeres que nos cuidan y el mal reparto de las tareas. Siempre recae en ellas por una cuestión histórica de machismo, entonces esa reflexión también de la realidad y ese agradecimiento, que no pretende romantizar el sacrificio, busca poner el foco en lo importante.

ARCHIVADO EN: Pablo Alborán, Conciertos