Propone la creación de dos nuevos tipos de instituciones de cara a la racionalización de la estructura de la Planta Local: las mancomunidades de Planificación General - para aquellos servicios en los que es necesaria la colaboración entre las entidades locales y el Gobierno de Navarra- y las comarcas -para unificar los servicios supramunicipales-.

Por primera vez, esta ley da concreción a la distribución de competencias en organizaciones supramunicipales, garantizando el cumplimiento exacto de la legalidad.

Las comarcas mantienen cinco competencias mínimas: los servicios sociales, el abastecimiento de agua en alta, la gestión de residuos, el diseño de la ordenación territorial a nivel comarcal y los servicios administrativos, en aquellos casos en los que los municipios no llegan al mínimo de habitantes que se establece en la ley. Posibilita además que las comarcas asuman otras competencias por delegación de los municipios implicados.

Los municipios como base, clave del nuevo mapa local

Por otra parte, la Ley plantea un nuevo sistema de financiación ya que, en adelante, el Fondo de Haciendas Locales será un porcentaje fijo de participación de las Haciendas Locales en los ingresos tributarios de Navarra; las subvenciones denominadas finalistas serán sustituidas por módulos que financiarán al cien por cien aquellos servicios que el Gobierno de Navarra delegue a los ayuntamientos; y se establecerá una nueva fórmula de reparto del fondo de transferencias corrientes, que reforzará la importancia de los criterios relativos al equilibrio territorial y a la cohesión social.

Hay que recordar que, tras la aprobación de la Ley, el proceso de renovación de la Administración Local de Navarra continúa en marcha y, entre los aspectos más relevantes a resolver en el futuro, pueden destacarse la concreción del nuevo sistema de financiación y la adaptación de varias leyes sectoriales a las propuestas de la reforma.